Colombia es el segundo país más megadiverso del planeta con 54.871 especies registradas, varias de ellas son endémicas. Esta gran diversidad corresponde con la diversidad étnica y cultural, representada en la actualidad por 115 pueblos Indígenas, con una población total de 1.905.617 personas (DANE, 2019), además de comunidades campesinas, negras, raizales y room. La interrelación de las comunidades con el territorio y la cultura, basadas en sus sistemas propios de conocimientos, y son base de los derechos bioculturales, necesario para la conservación de la vida. Los sistemas de conocimiento indígena y local requieren de mecanismos adecuados de reconocimiento, mantenimiento y protección.
La mitad del territorio colombiano está cubierto por bosques (59 millones de hectáreas). Ocupa el tercer lugar en Sudamérica en cuanto a superficie de bosque después de Brasil y Perú, y es el 5o país en la región respecto a cobertura con bosque primario (8.5 millones de hectáreas) (FAO, 2010). Según el Ideam, IAvH, Invemar, IIAP y Sinchi (2019), en su informe del estado del ambiente y los recursos naturales renovables realizado en el año 2019 establecen que la superficie de bosque natural en Colombia, para el 2019 fue de 59’866.837 has, que representa el 52,5% de superficie continental e insular. Esto es lo que posiciona al país como un territorio principalmente de bosques.
La amazonia colombiana en el país es la mayor depositaria de bosque prístino, y a la vez, es el lugar donde habitan el mayor número de pueblos indígenas, una asociación intima de diversidad biológica y cultural. Según los análisis de tenencia de la tierra en la Amazonía, hay un patrón común: los pueblos indígenas son los mayores propietarios de la tierra con áreas que van del 51,2% para Colombia (Murcia et al., 2014). Similar situación en diversidad biológica y cultural se tiene en el corredor biológico del bosque húmedo tropical del Chocó Biogeográfico.
Sumado a ello, Colombia representa para los países de América del Sur y América Central un gran avance legislativo en el reconocimiento de la tenencia colectiva, destacándose por el número de títulos colectivos que sobrepasan el 34% del territorio colombiano, proceso que se ha visto estancado por la falta de cumplimiento de los acuerdos estipulados en el Acuerdo de Paz y lo proclamado en la Constitución de 1991 (Cifor, 2017).