- El encuentro se desarrollará en Nairobi, Kenia, del 21 al 26 de junio, y asistirá una delegación oficial de Colombia, que carece de un representante indígena
- Rainforest Foundation Norway y la ONG Ambiente y Sociedad han generado diversos espacios de diálogo para incluir, dentro de dicho Marco, la necesaria participación de los pueblos indígenas
Por Karen Pinto Garzón
La elaboración del Marco Global de Diversidad Biológica Post 2020 está en su recta final. Este instrumento es la hoja de ruta de 196 países signatarios -entre ellos Colombia- del Convenio de Diversidad Biológica (CBD), y tiene el objetivo de revertir la pérdida de la biodiversidad en los próximos 10 años y definir las metas a 2030.
Por eso, del 21 al 26 de junio, se desarrollará en Nairobi, Kenia, la cuarta y última reunión del grupo de trabajo de composición abierta sobre el Marco Global de Diversidad Biológica Post-2020. Y Colombia participará en el encuentro a través de una delegación oficial, liderada por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, que carece de un representante indígena.
En ese contexto, Rainforest Foundation Norway (RFN) y la ONG Ambiente y Sociedad (AAS) han propiciado encuentros y espacios de diálogo entre pueblos indígenas, diversas organizaciones de la sociedad civil y el Gobierno colombiano para incluir la participación esencial de los pueblos indígenas, generando diversas correcciones y propuestas para dicho Marco Post-2020.
Representantes del Gobierno colombiano participaron y expusieron en el encuentro desarrollado por RFN y AAS el 7 de junio en Bogotá
En el último de esos encuentros, realizado el 7 de junio en Bogotá, se consolidó el pronunciamiento “Posición de los Pueblos Indígenas de Colombia al Gobierno Nacional para la posición país en el Marco Mundial Post 2020 sobre Diversidad Biológica”, en el que se exponen diferentes motivos de mucho peso sobre el papel que juegan los pueblos indígenas en la conservación de la biodiversidad de todo el planeta, y se realizan propuestas sobre las diferentes metas estipuladas. Uno de los objetivos es que la delegación del Gobierno plantee las modificaciones y recomendaciones plasmadas en el pronunciamiento durante el encuentro de Nairobi.
En un párrafo de dicho pronunciamiento, con un mensaje muy contundente, se menciona que “no hay duda de que, entre mayor presencia de pueblos indígenas, mayor es la concentración de bosques y la diversidad biológica, los pueblos indígenas manifiestan que, el mayor legado son nuestros territorios y que tenemos la responsabilidad de preservarla para las presentes y futuras generaciones”.
Eso se debe, entre otras razones, a que los pueblos indígenas -pese a que poseen, ocupan o utilizan una cuarta parte de la superficie del mundo- “protegen el 80 % de la biodiversidad que aún queda en el planeta, tienen conocimientos y experiencias ancestrales acerca de cómo adaptarse, mitigar y reducir los riesgos derivados del cambio climático y los desastres naturales”, como se estipula en el documento.
Además, se manifiesta que ocho de las metas propuestas en el nuevo Marco Global de Diversidad Biológica Post-2020 están vinculadas estrechamente con el gran patrimonio natural de los pueblos indígenas y de Colombia.
Así, frente a la falta de precisión en las metas establecidas sobre el papel, los derechos y los deberes de los pueblos indígenas, se plantean propuestas de redacción de la Meta 1, “referente a planeación espacial; Meta 3 “sobre áreas protegidas, en dónde es clave la inclusión de los territorios indígenas: ambición 30/30; Meta 5, sobre comercio y utilización de especies silvestres; Meta 13, sobre acceso a recursos genéticos y conocimientos tradicionales asociados; Meta 19, sobre la financiación; Meta 20, referente a la información y el conocimiento para la toma de Decisiones, Meta 21, sobre la participación plena y efectiva, y Meta 22, sobre un acceso equitativo a los beneficios de la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica.
Por ejemplo, respecto a la Meta 1, se menciona que “se debe reconocer el respeto a la planeación propia de los territorios ancestrales de los pueblos indígenas en el marco de sus sistemas consuetudinarios de autonomía y soberanía; se debe orientar por un enfoque de derechos colectivos de los pueblos indígenas y gobernanza equitativa, reconociendo su rol como autoridades con facultades para administrar y ordenar el territorio; o debe garantizar la integridad de los ecosistemas bioculturales, reconocida por el sistema interamericano de los derechos humanos, entre otros.
Por otro lado, sobre la Meta 3, se manifiesta que “los territorios ancestrales de los pueblos indígenas son territorios de vida y deben ser reconocidos como espacios integrales de protección, en los cuales vienen conservando la biodiversidad más allá del 30%. Este reconocimiento debe incluir el reconocimiento de su propia zonificación y manejo como elementos determinantes para el uso y ordenamiento del territorio”.
En cuanto a la Meta 19, se dice que “debe analizar los principios de no discriminación y no generar daño (do no harm), de estos procesos”, que “no hay un sistema de salvaguardas requeridas”. E incluso se reacciona sobre el sesgo que suele haber desde los países desarrollados: “No se trata de ser iguales que el conocimiento científico occidental, pero si en el mismo nivel de importancia en la toma de decisiones”.
Por último, entre otras varias motivaciones para la rectificación de la Meta 19, se nombra el importante rol de las mujeres en la conservación de la biodiversidad y la protección del medio ambiente: “Nosotras las mujeres damos la vida y llevamos la palabra, y es importante que seamos protagonistas”.
Este pronunciamiento fue enviado por la Comisión Nacional Ambiental Indígena (CNAI), que se creó en el marco de la Mesa Permanente de Concertación de los Pueblos Indígenas con el Gobierno Colombiano, en la que la abogada, activista y lideresa indígena Edith Bastidas participó activamente, y ha co-liderado varios de los espacios mencionados.
Aquí puede leer el pronunciamiento completo: