Mujeres y NDC: actrices en la protección del medio ambiente y la biodiversidad

NoticiasMujeres y NDC: actrices en la protección del medio ambiente y la biodiversidad
  • Las mujeres son al menos la mitad de los humanos del mundo, sin embargo, sus visiones, perspectivas, prácticas y acciones colectivas para el cuidado de la biodiversidad han sido ignoradas sistemáticamente. 

Ante esta perspectiva, en el corazón de la zona verde de la COP16, más de 40 personas se reunieron en el panel ‘Integrando la perspectiva de las mujeres en la conservación de la biodiversidad y las NDC’.

Las NDC son las metas en reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero y las medidas de adaptación a los cambios del clima, es decir, una herramienta de política pública que dirige la toma de decisiones climáticas. En estos espacios de planeación de estrategias, precisamente, la participación de la mujer ha sido casi anecdótica. 

Por esto, este panel se presentó como un espacio para dialogar sobre la necesidad de fortalecer los procesos de vinculación y participación de las mujeres en la generación de planes y políticas públicas ambientales. 

Así, el evento contó con la participación de Jenniffer Montañez Tovar, zootecnista e ingeniera Topográfica e Integrante de la Red Territorial de Acueductos Comunitarios de Bogotá y Cundinamarca – RETACO; Rocío Silva Calixto, integrante del Comité Ambiental de San Martín de los Llanos, reconocida lideresa y defensora de los ecosistemas, el agua y el territorio; Denisse Linares, Bachiller en Ciencia Política por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y Bachiller en Derecho por la Universidad Antonio Ruiz de Montoya; y Jessica Pinilla, investigadora y experta en género y cambio climático, quien hace parte de la Estrategia Colombiana de Desarrollo Bajo en Carbono de la Dirección de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia.

Montañez Tovar de RETACO, explicó que si bien las mujeres han ganado espacios en las entidades, casi siempre están en labores administrativas y las decisiones sobre la gestión comunitaria del agua, eran tomadas por hombres.

Así y como parte de un movimiento local, comunitario y feminista, comenzaron a propiciar más espacios de incidencia real en estos procesos. Sin embargo, Montañez identificó cuatro disputas que aún se mantienen para alcanzar este objetivo:

  • Una epistemológica, que implica transformar la concepción del agua como un servicio y retomar su talante como derecho, no solo humano, sino de todos los seres vivientes. 
  • Otra disputa es institucional, que reúne las luchas por reconocer normativamente el trabajo de organizaciones de mujeres comunitarias y locales en el cuidado de aguas, como busca el proyecto de ley 149 de 2014, sobre el tratamiento de aguas residuales.
  • Una tercera disputa es de identidad pues, en palabras de Montañez, las mujeres no se conciben como sujetos políticos en los diferentes espacios. 
  • La última disputa tiene que ver con la visibilización del papel de la mujer en la protección del agua. “Las feministas hegemónicas hablan del océano; las populares hablan de los remolinos, porque son luchas atravesadas por el agua”, dijo Montañez. 

Por su parte, Rocío Silva lideresa de las Eco-cuadras Orientales, explicó cómo funciona y cómo han gestionado su sistema de limpieza y recolección de agua, que incluye planta de tratamiento, huertas, criaderos y paneles solares para generar energía. 

Con este sistema, han podido generar un cultivo de hortalizas y un criadero de pollos, por ejemplo. “¿Qué queremos? Que este proyecto se copie, se replique, que nosotros tengamos soberanía alimentaria. Eso nos ayuda a las mujeres. Les queda la invitación para que nos apoyen”, sostuvo.

Desde Perú, Denisse Linares, dijo que “el tema de las mujeres está pasando por una crisis. Las mujeres se están quedando en el último eslabón de protección, cuando el Cambio Climático afecta diferencialmente más a las mujeres y a regiones como la Amazonía”. 

Por ejemplo, en el Plan General de Cambio Climático y mujeres de este país, aunque incluye perspectiva de género, en palabras de Linares, estos planes se quedaron solo en papel. “La acción local de las mujeres ha sido invisibilizada en casi todos los planes de cuidado ambiental”, reconoce.

Aún así, reconoce los avances de  las Metas 22 y 23 del Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal, que se enfocan en mujeres. “Es un hito. Es una oportunidad para el avance a nivel nacional en las estrategias nacionales de manejo del ambiente”. 

También enfatizó que estos planes deben pensarse también desde la perspectiva local, pues los proyectos nacionales homogenizan los contextos. Los aplanan sin considerar los impactos diferenciados que tienen las mujeres. 

Cerrando el panel, por el lado del gobierno y la toma de decisiones oficiales, Jessica Pinilla  del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, quiso mirar el vaso medio lleno. Si bien reconoció la falta de participación de mujeres y de enfoque de género que atraviesa la normatividad del país, dijo que Colombia ha sido exitoso en aterrizar los marcos internacionales de género de forma cada vez más específica. 

Como ejemplo, nombró el capítulo del Plan Nacional de Desarrollo que estableció una caracterización de las mujeres colombianas que no se había visto antes. “Son pequeños pasos, hay que seguir sumando. Prefiero ver el vaso medio lleno. Aquí estamos y aquí seguimos”.

En este sentido, Linares resaltó la zona verde de esta COP16, un espacio para garantizar la participación efectiva de mujeres y sociedad civil en espacios vinculantes. “Es un avance”, reconoció.

El espacio cerró con un momento participativo, en el que cada asistente describió, en una palabra, lo que le había dejado el panel: “Comunidad, empatía, unión, juntanza, articulación, útero, y embrión”, fueron algunas de las ideas que resonaron entre las asistentes.