- El trabajo conjunto de estos insectos y las aves consigue que los granos sean de mayor calidad, más grandes y abundantes, según un nuevo estudio realizado en Costa Rica
Por Karen Pinto Garzón
La cooperación entre las abejas y las aves aumenta la producción del café, y hace que los granos sean más grandes y de mejor calidad. Así lo revela un innovador estudio, cuya conclusión es importantísima, sobre todo para un país cafetero como Colombia. Por lo que, los investigadores mencionan que la efectiva producción de alimentos depende de la biodiversidad y la sinergia de los servicios ecosistémicos.
Así, el control de plagas que realizan las aves y la polinización de las abejas de forma combinada aumentan sustancialmente la productividad y rendimiento de los cultivos, lo que se traduce en mayores ingresos y beneficios de los caficultores, señalan los expertos en su investigación realizada en Costa Rica y publicada en abril en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Este estudio cobra aún más relevancia tomando en cuenta que el café es un producto básico mundial valorado en 24.000 millones de dólares al año. Y, en concreto, en Colombia el sector cafetero representa el 15% del PIB agropecuario y emplea a más de 2,5 millones de personas, según el Ministerio de Agricultura.
La importancia de este estudio radica también en señalar que la sinergia entre los distintos procesos naturales son las que aumentan los beneficios de la tierra. De hecho, como se menciona en los resultados, los beneficios de la actividad conjunta entre estos insectos esenciales y las aves son mayores, incluso sumando cada beneficio por separado.
En este sentido, como indican los expertos, existe la necesidad de continuar esta línea de investigación “para comprender los vínculos entre la biodiversidad, los servicios ambientales y los medios de vida de los agricultores”.
Si bien, ya se ha demostrado el importantísimo papel de los polinizadores para la vida, como señala la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), “un descenso en el número de polinizadores de manera acelerada, como el que se ha venido reportando, atenta contra la seguridad alimentaria del mundo, pues se estima que sin los polinizadores, no se podrá tener uno de los tres bocados diarios y se producirían frutos de baja calidad nutricional”.
Los investigadores apoyan esa realidad, mencionando asimismo que la diversidad de abejas ayuda a una efectiva polinización en las flores del café, lo cual es primordial para aumentar la productividad. Pero al mismo tiempo, resaltan que la mayoría de estudios “tratan los servicios ecosistémicos por separado y luego suman sus valores”, así como los que hacen las abejas o los pájaros. De manera que, “ignorar la interacción de estos servicios, al ser parte del mismo sistema, nos está cegando a las posibles sinergias y compensaciones”.
En definitiva, todo está conectado: el papel de limpieza de las aves y el de la polinización de las abejas por separado no son igual de eficientes que cuando ambos servicios se unen y potencian mutuamente, generando así beneficios para todos. Y el deber de todas las personas es actuar de forma responsable para la conservación de los ecosistemas en su totalidad. Recordando que las abejas están consideradas como una especie en peligro y sin ellas sencillamente la cadena alimenticia se vería afectada y, por lo tanto, el ser humano.