Medellín, jun. 04 de 2015 – Agencia de Noticias UN-
La reducción entre un 10 % y un 15 %, en promedio, de los caudales de los ríos colombiano es, según el hidrólogo Germán Poveda Jaramillo, uno de los principales efectos del cambio climático en el país.
Tal reducción se ha producido en los últimos 40 años, señaló el experto en estudio del ciclo del agua, ecología y cambio climático, en el marco de las Jornadas de Reflexión sobre el Medio Ambiente en Colombia, realizadas por el Día Mundial del Medio Ambiente y en celebración de los 25 años del Instituto de Estudios Ambientales de la Universidad Nacional.
Según el profesor e investigador de la Facultad de Minas de la Sede Medellín, Colombia paga hoy las consecuencias tanto del cambio climático y la variabilidad climática que está predisponiendo las lluvias de manera distinta en el espacio y en el tiempo, “como de la deforestación de los bosques con la que se perturba completamente la integridad del ciclo hidrológico y por lo cual los caudales empiezan a disminuir”, afirmó.
En su conferencia en el Aula Principal de la Facultad de Minas, el profesor señaló que el derretimiento de los glaciares tropicales, el aumento en el nivel del mar que erosiona e inunda sistemas costeros, la afectación a la integridad de los ecosistemas de páramos, y el cambio en los regímenes de lluvias son otros de los efectos del cambio climático y calentamiento global en el país.
Sobre el derretimiento de los glaciares tropicales, el experto señaló que los indicares advierten que dentro de dos o tres décadas el país ya no tendrá glaciares de este tipo. Esta situación afectará el suministro de agua para regiones de los altos andes.
Precisamente sobre el recurso agua, el profesor indicó que ya es generalizada la disminución de los caudales de los ríos de Colombia y especificó las consecuencias. “Eso tiene implicaciones muy graves en muchos aspectos: para el riego, para la producción de la energía eléctrica, para el transporte fluvial y para el suministro de agua de poblaciones”, advirtió el docente, quien cuenta con más de 25 años de trabajo en esa línea de conocimiento.
Pero los efectos de los cambios climáticos en el país no se quedan allí. A este panorama se suma el aumento de temperaturas con consecuencias para la salud. Según el académico, el aumento de temperaturas también está incidiendo en el incremento de pacientes con enfermedades tropicales como dengue, leishmaniasis y malaria.
“Todas estas enfermedades tienen que ver con el medioambiente y con temperaturas altas. Por estas circunstancias vemos implicaciones reales de los efectos de calentamiento global y sus repercusiones en Colombia son evidentes en todos los sectores: social, ambiental, económico y ecológico”, enfatizó.
A su vez, el académico criticó el estudio realizado por el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y las Dirección Nacional de Planeación, realizado el año anterior, titulado “Impactos económicos del cambio climático en Colombia”, en el que el resultado indicó una pérdida del 0,49 % del Producto Interno Bruto anual por esos efectos.
Según el experto de la Universidad Nacional Sede Medellín, aquel estudio es poco confiable, pues está subestimando el problema y además es incompleto. Para el hidrólogo, el Estado colombiano ha sido lento en “desarrollar la investigación científica de rigor que ayude a entender cómo el cambio climático está afectando las lluvias del país, las temperaturas, las crecidas de los ríos y las tormentas más intensas que causan deslizamientos y avalanchas”.
Recomendó a su vez, que cada Ministerio, desde su rama, convoque investigaciones que determinen, para su área de trabajo, cuáles son los efectos del cambio climático y el calentamiento global.
“Estamos muy crudos, pues apenas estamos empezando la tarea de hacer la investigación científica relevante para entender la problemática y, por supuesto, para trabajar en la predicción de vulnerabilidades”, concluyó.
Esta semana continuarán las Jornadas de Reflexión en la que los profesores de la Sede abordarán otros temas de interés científico y social, como la explotación de hidrocarburos, el crecimiento demográfico y el medio ambiente en el posconflicto.
(Por:FIN/VHVR/MLA/SYC)