Columna Publicada en

Semana Sostenible

Natalia Perez

Investigadora- Asociación Ambiente y Sociedad

En agosto de 2013, después de 7 días de Paro Agrario, numerosos muertos y bloqueos en todo el país, el Presidente Juan Manuel Santos, aseguró que “el tal paro nacional agrario no existe”, ahora, somos nosotros, los habitantes de Bogotá los que parecemos estarlo negando.

Estar en la capital, en un país sumamente centralista suele hacer que nos olvidemos de lo que pasa en el resto del país, situación en la que igualmente incurren nuestros gobernantes, que parecen mandar para el centro y olvidan la periferia, e incluso los medios de comunicación, que no le prestan mayor importancia a nada de lo que ocurre fuera de Bogotá, incluyendo la Minga Agraria, Campesina, Étnica y Popular que se desarrolla en el país.

 El 30 de mayo de 2016 inició la Minga Agraria, Campesina, Étnica y Popular, una movilización social con vocación de ser pacífica, que tiene como objetivo expresar la inconformidad de muchas comunidades con el modelo de desarrollo económico actual, que limita la justicia social y ambiental, dentro de las exigencias especificas del pueblo se encuentra el desmonte de la Ley Zidres y el cumplimiento de los Acuerdos pactados en el paro agrario de 2013.

Las exigencias hechas por los diferentes pueblos y comunidades que participan en la Minga a lo largo de todo el país, son, por decir lo menos, razonables, además de supremamente justas, por dar un ejemplo, la Ley Zidres. Esta norma permite la concesión de terrenos baldíos para el desarrollo de proyectos productivos  a gran escala, pero estos mismos terrenos deberían estar destinados para ser adjudicada a los  campesinos.

Respecto a los Acuerdos del paro agrario de 2013, La Minga manifiesta que el gobierno se comprometió a negociar 8 puntos de un pliego en 2014, pero hasta el momento sólo se han tocado 3 puntos de los cuales no hay ningún acuerdo, por esta razón,  los diferentes pueblos y comunidades afectadas han decidido volver a marchar, siendo aproximadamente 70.000 personas movilizadas en más de 15 departamentos del país.

Hasta el momento, se ha registrado varios muertos y muchísimos más heridos en la movilización, debido a enfrentamientos entre el ejército y los manifestantes, pero pese a todo esto, la capital del país parece mantenerse totalmente ajena a toda esta realidad, en una burbuja de desinformación y peor aún, de desinterés.

La vocación agrícola de este país es sumamente alta, contando con 40 millones de hectáreas potenciales para agricultura, pero de estas solo se explotan aproximadamente 7 millones de hectáreas, a su vez, el 70% de los alimentos que se producen en el país viene de pequeños campesinos.

Pese a todo esto, las personas que vivimos en Bogotá y en general en las grandes ciudades, no apoyamos lo suficientemente a nuestras comunidades rurales, pensando muchas veces que lo que ocurra no nos afecta directamente, sin evaluar que nuestra seguridad y la misma soberanía alimentaria dependen del mismo pueblo.