Daniela Amórtegui
Asociación Ambiente y Sociedad
Luz Edilma Liberato y otras diez mujeres de diferentes edades trabajan por visibilizar los saberes del campo, por contribuir a la disminución de las consecuencias del cambio climático y para que la espiritualidad, el amor y las vivencias del campo sigan presentes en las generaciones futuras. Esta labor, que comenzó en el 2014, la desarrollan a través de la Corporación Sembradoras de Identidad: una organización de mujeres campesinas decididas a incidir en el territorio rural en los temas ambientales, culturales, sociales, económicos y políticos de la comunidad.
“Muchas de las mujeres campesinas de Usme intentamos mantener las tradiciones del campo en un urbanismo depredador que ha llegado a nuestro entorno rural. Nosotras estamos creando alternativas para vivir en el páramo y la montaña sin afectar el entorno. Tratamos de dar sostenibilidad a los procesos campesinos que se han dado por muchos años”, menciona Luz Edilma, quien dice que una de sus pasiones es trabajar en proyectos sociales que tengan que ver con la ruralidad.
Dos características identifican a esta corporación. Por un lado, el liderazgo de la mujer y su capacidad de iniciativa y por otro, la identidad y la conciencia de que se forma parte de un territorio y que, si este se destruye, la identidad también. Estas mujeres trabajan por cambiar el imaginario de que el campo está obsoleto, en palabras de Luz Edilma “tenemos la batuta en este momento de tratar de cambiar imaginarios. Debemos mantener el legado de qué es ser un campesino, porque si los campesinos del distrito desaparecemos va a pasar los mismo en todo el país y el trabajo rural es indispensable”.
La Corporación Sembradoras de Identidad posee seis parécelas: tres en Socha y tres en El Uval. Gracias al trabajo que han desarrollado en ellas y a los aprendizajes que han adquirido participan en ferias distritales con productos agroecológicos. Además, han hecho intercambios de conocimiento con otras organizaciones y con base en estos, por ejemplo, construyeron apiarios en sus parcelas para la conservación de abejas, pues según Luz Edilma “todo el que trabaja la tierra sabe que las abejas son las que nos permiten tener frutos y comida y que sin ellas no sería posible una producción”.
Las parcelas y las casas de las mujeres que pertenecen a la corporación funcionan como lugares de visibilización del trabajo de los campesinos. Las mujeres hacen visitas guiadas a estos lugares con el fin de promover actividades campesinas entre los jóvenes y de difundir saberes de la vida rural entre las personas. Para Luz Edilma “replicar los saberes campesinos y adaptar estas enseñanzas a los retos que ha traído la urbanización y el cambio climático es muy importante, la gente debe saber que en el campo también hay conocimientos que aportan al cuidado del territorio y que no podemos dejar perder”.
Sembradoras de Identidad también posee un vivero comunitario en el Agroparque los Soches. Allí trabajan por disminuir el cambio climático, empoderándose del territorio e implementando estrategias para recuperar la alta montaña y los páramos de Usme. Han hecho, por ejemplo, siembras de frailejón en el parque y en el Sumapaz, según Luz Edilma, como una forma de retribuir al ecosistema el daño que se le causado en todos estos años.
Otra de las actividades que lleva a cabo la Corporación Sembradoras de Identidad es el respaldo a alternativas económicas en procesos de agricultura. Apoyan los procesos de producción y comercialización de campesinos que exportan productos como las uchuvas y las fresas, así mismo promueven mercados agroecológicos y allí comercializan sagú y panela orgánica del Calvario. “Hacemos parte de un Sistema Participativo de Garantía con base en el cual se certifica a productores agrícolas, tomando como base la participación activa de los consumidores, la confianza y el intercambio de conocimiento”, dice Luz Edilma.
Pero el trabajo de las mujeres sembradoras de identidad no termina allí. Uno de sus objetivos es mantener la identidad de los territorios rurales y por ello, “conservar la autonomía de nuestras semillas de tierra fría es de suma importancia. Nuestro trabajo también se ha enfocado en la resistencia, para poder comercializar e intercambiar nuestras semillas”, menciona Luz Edilma. La Corporación Sembradoras de Identidad desarrolla, además, talleres de artesanías y realiza eventos, de la mano de otras organizaciones, con el fin de apoyar el turismo rural comunitario. Según Luz Edilma, se trata de un turismo que respeta lo rural y rescata todo lo ancestral y lo artesanal.
La participación es muy importante en el trabajo de estas mujeres. Asisten a las Mesas Territoriales de Usme para promover la política de ruralidad, el turismo comunitario y el intercambio de experiencias desde su trabajo en la recuperación del área rural de Usme. Así mismo, participan en las Unidades Locales de Desarrollo Rural (ULDER) en las cuales se presentan y consolidan propuestas económicas para el desarrollo del campo.
Luz Edilma dice que el reto más próximo de la corporación es poder conformar redes de trabajo para apoyar, sobretodo, el turismo rural basado en el trabajo comunitario. Para Luz Edilma “este tipo de turismo será la forma de sustento del territorio rural y para ello debemos tener muy presente nuestra identidad y apropiarnos de nuestras dinámicas rurales, capacitándonos y aprendiendo”.
Sumado a esto, la Corporación Sembradoras de Identidad quiere comenzar a restaurar con la comunidad las quebradas y las bocatomas de los acueductos, además de consolidarse como una organización local que desarrolle acciones de resistencia que defiendan el territorio de alta montaña desde todas las esferas.