- La alianza ‘Escucha la Amazonía’ discutió el primer día de la COP16 sobre la importancia de vincular lo cultural con lo biológico.
El 44.3% del territorio colombiano es selva Amazónica. Esta inmensa selva tropical es el hogar no solo de miles de especies de flora y fauna, sino de una decenas de comunidades humanas que han habitado sus suelos durante siglos. Con esta cifra y un breve video de presentación comenzó el evento ‘Amazonía viva y diversa: El enfoque biocultural para el cuidado del bosque tropical más extenso del mundo’.
A la conversación estuvieron invitados Elda Martinez, presidenta de ANZORC; la académica Lucía Ruiz, del programa Trópico en Movimiento; Helsio Rodríguez, representante del Consejo Indígena del Territorio del Río Tiquié; y Paulo Bacca, subdirector de la ONG Dejusticia, quien moderó el panel en nombre de ‘Escucha a la Amazonía’.
‘Escucha a la Amazonía’ es una alianza de 8 organizaciones de la sociedad civil entre las que se encuentra Ambiente y Sociedad– que busca posicionar a esta selva y su pluralidad de voces en la agenda nacional, para llamar la atención sobre la necesidad de su protección y detener su degradación ecosistémica.
De esta manera, Bacca comenzó la charla preguntándole a los distintos representantes de comunidades cómo sus prácticas y acciones tradicionales ayudan a conservar la biodiversidad.
En este sentido, Elda Martínez de ANZORC dijo que este bosque tropical era su hogar y reconoció el avance en derechos para las comunidades campesinas del reconocimiento de estos como sujetos de especial protección. Además, explicó que los campesinos también se han organizado para desarrollar planes de convivencia, en los que se establecen normas de cuidado y protección ambiental.
Sin embargo, denunció los peligros de esta población al habitar la región, como los constantes enfrentamientos con actores armados.
“Es difícil pelear contra un armado, legal o ilegal, para que, por ejemplo, no corte un árbol”, dijo. Por eso, enfatizó que una solución a esto comienza por afianzar la protección del Estado a los campesinos.
Helsio Rodríguez, del macroterritorio Jaguares del Yuruparí, también reconoció a la selva como su hogar y resaltó que ha faltado apoyo mutuo, tanto de las comunidades locales como del mundo,
“La Amazonía es común para todo el mundo. Es importante buscar la unidad para la protección del territorio amazónico”, sostuvo.
Paulo Bacca, subdirector de Dejusticia y moderador del evento, afirmó que los pueblos indígenas y comunidades locales necesitan mantener sus conocimientos tradicionales. “Esto asegura la posibilidad de tener un pluriverso de miradas y de garantizar la diversidad biológica y cultural”.
Finalmente, Lucía Ruiz resaltó un punto fundamental: el modelo de desarrollo. En sus palabras este es el principal problema que enfrenta esta selva. De no cambiarse este modelo, dijo, “el futuro no es nada halagador. Por esto tiene que haber una estrategia regional”.
Además, este panel fue el espacio para lanzar y compartir con los asistentes, por primera vez, el ‘Decálogo de paz con la naturaleza para la Amazonía colombiana’, una publicación de la alianza ‘Escucha la Amazonía’ con 10 recomendaciones para proteger este ecosistema.
Como parte de la alianza ‘Escucha la Amazonía’, Ambiente y Sociedad comparte que la conclusión general del espacio es que la Amazonía es una selva plural que existe, en gran medida, gracias a las diversas y distintas formas de relacionarse con el mundo de las personas que allí habitan: pueblos indígenas y comunidades afrodescendientes y campesinas.