La Agencia Nacional de Océanos y Atmósfera de Estados Unidos (NOAA) acaba de presentar su informe anual, que demuestra que 2015 fue el año con las temperaturas más altas desde que empezaron a tomarse registros a mediados del siglo XIX.

Y 2016 va por el mismo camino. Otra institución de referencia en el estudio del clima, el Instituto Goddard de la NASA, anunciaba recientemente que el año actual está registrando temperaturas nunca vistas y lleva camino de superar al anterior.

Las temperaturas de la primera mitad de 2016 han supuesto un récord desde que empezaron a tomarse mediciones en 1880. Al mismo tiempo, según la NASA, la extensión del hielo en el Ártico también ha llegado al mínimo desde que empezó a monitorizarse en 1979.

Entre las numerosas perturbaciones que genera el calentamiento global están los efectos sobre la economía. Diversos estudios señalan el impacto que está teniendo ya y que tendrá en el futuro sobre la sociedad.

Y no se trata solo de los destrozos causados por eventos extremos, como sequías o inundaciones, sino del mero descenso de productividad de las personas debido a las altas temperaturas. Algo que no resulta difícil de entender para quien, en pleno agosto, tiene que ir a trabajar en la Península Ibérica.

Leer la noticia aquí