Primera publicación: Indigenous people receive little climate funding
Resumen ejecutivo
El mundo está enfrentando dos crisis urgentes e interrelacionadas: el cambio climático y la pérdida acelerada de la biodiversidad. Las interconexiones entre estas dos crisis, así como sus soluciones, no están más claras en ninguna otra parte que en los bosques tropicales.
Estos ecosistemas vastos y complejos son ricos en carbono y albergan a más de la mitad de las especies terrestres del mundo. De forma alarmante, se están destruyendo los bosques tropicales a un ritmo muy rápido.
La deforestación y la degradación de los bosques tropicales representan alrededor del 15% de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero. Un estudio reciente de Rainforest Foundation Norway reveló que se ha perdido un tercio del área de los bosques tropicales, mientras que otro tercio está degradado, dejando intacto solamente un tercio de estos1 . La protección y la restauración de lo que todavía queda debe ser un elemento clave en cualquier estrategia exitosa para abordar las crisis paralelas del clima y la biodiversidad.
Los bosques tropicales también son el hogar de diversos pueblos indígenas y comunidades locales que los han gestionado de forma sostenible durante generaciones, pero cuyas tierras y derechos se han visto cada vez más amenazados.
Diversas investigaciones han demostrado que los pueblos indígenas y las comunidades locales que cuentan con derechos debidamente reconocidos de tenencia y de gestión forestal son algunos de los mejores protectores forestales del mundo. Los beneficios que surgen de la gestión de los pueblos indígenas y las comunidades locales para el clima, la biodiversidad y el desarrollo sostenible son considerables y rentables, y generan pocos efectos secundarios negativos para la naturaleza o las personas, tal como lo demuestra la creciente evidencia científica que han reconocido el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) y la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES). Los pueblos indígenas y las comunidades locales contribuyen muy poco a las emisiones de gases de efecto invernadero, mientras mantienen algunas de las reservas de carbono más grandes del planeta dentro de sus tierras. En resumen, los pueblos indígenas y las comunidades locales son contrapartes esenciales para abordar el cambio climático pero, al mismo tiempo, sus tierras están siendo cada vez más amenazadas.
A pesar de esto, la tenencia y la gestión forestal de los pueblos indígenas y las comunidades locales han recibido poco financiamiento de la comunidad internacional con relación a las necesidades y en comparación con otros objetivos ambientales. Este informe revela que los proyectos que apoyan la tenencia y la gestión forestal de los pueblos indígenas y las comunidades locales recibieron aproximadamente $2.700 millones de dólares estadounidenses entre 2011 y 2020, provenientes de donantes bilaterales y multilaterales y de organizaciones filantrópicas privadas; es decir, tan solo $270 millones por año. Esto equivale a menos del 1% de la asistencia oficial para el desarrollo (AOD) para la mitigación y la adaptación al cambio climático durante el mismo período.
A la fecha, la mayor parte del financiamiento desembolsado para la tenencia y la gestión forestal de los pueblos indígenas y las comunidades locales fluye a través de grandes intermediarios o como parte de programas más grandes, en los que las organizaciones de pueblos indígenas y comunidades locales pueden recibir subvenciones menores. Por lo tanto, solo una pequeña parte llega a las organizaciones indígenas y a las propias comunidades locales. De todos los proyectos identificados en este estudio, solo el 17% incluyó el nombre de una organización de pueblos indígenas y comunidades locales en la descripción de la implementación del proyecto. Esto equivale a un promedio de $ 46,3 millones por año en los trópicos.