- Si bien los países más ricos del mundo reconocieron la necesidad de acciones más ambiciosas, no hubo decisiones al respecto.
Todavía faltan algunos días para que la COP29 llegue a término y se conozcan los resultados de sus negociaciones sobre financiamiento climático. A la par, además, se realizó otro encuentro fundamental para este tema: la cumbre del G20 en Brasil.
El G20 es el grupo de las 20 economías más grandes del mundo y, durante el primer día del encuentro, se tocaron problemáticas mundiales como la guerra entre Rusia y Ucrania o el genocidio en Gaza.
Otro punto de discusión fue el cambio climático y las acciones necesarias para frenar sus impactos. De hecho,desde Azerbaiyán se advirtió que la COP29 sería infructuosa sin un empujón del G20. “No podemos tener éxito sin ellos y el mundo espera escucharlos. Estas economías suman el 85% del producto interno bruto mundial y aportan el 80% de las emisiones. Urgimos aprovechar la reunión del G20 para enviar una señal positiva sobre su compromiso para enfrentar la crisis climática”, sostuvo el presidente de la COP29, Mukhtar Babayev.
Tras el primer día del encuentro en Río, el G20 presentó una declaración conjunta en la que reconocen la importancia de “incrementar rápida y sustancialmente la financiación climática de miles de millones a billones desde todas las fuentes” para enfrentar la crisis climática.
También mencionan que están determinados a ponerle fin a la polución por plástico con un instrumento internacional vinculante para los países, ambicioso, justo y transparente, antes de que termine el 2024.
Sin embargo, la declaración no pasa de ser una buena intención, pues no define los mecanismo ni la operatividad para hacer posible este incremento de financiación. Por esto, algunos activistas climáticos como Oscar Soria, presidente del tanque de pensamiento The Common Initiative, dijo a Reuters que “la vaguedad de las declaraciones del G20 puede minar la confianza en las negociaciones, pues la influencia de estos países es crucial para crear puentes entre países desarrollados y en vías de desarrollo”.
En palabras similares habló el Secretario General de la ONU, António Guterres. “He venido a Río con un mensaje simple: los líderes del G20 deben liderar. Por definición, los países del G20 tienen una tremenda influencia económica. Tienen una ventaja diplomática masiva. Deben usar esto para enfrentar problemas mundiales claves”.
Precisamente, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, aseguró que los países deben hacer “más y mejor” para alcanzar objetivos climáticos, como llegar a cero emisiones, 5 o 10 años antes de 2050.
En Ambiente y Sociedad creemos que las respuestas a las crisis climática y de biodiversidad suponen medidas coordinadas, ambiciosas, vinculantes y efectivas de distintas agendas, como la del G20 y de las distintas Conferencias de las Partes. Aunque las declaraciones resaltan que la acción climática está presente en la agenda de los países más ricos del mundo, si no se comprometen con acciones concretas, estas son insuficientes para generar transformaciones reales en los países.
