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Con capacidad de adaptarse a residuos ordinarios, plásticos, papeles y desechos potencialmente peligrosos, estos depósitos son más fáciles de usar y dan una apariencia más estética.
Con formas diseñadas para sus respectivas funciones, este proyecto considera además la posibilidad de incorporar un sistema de compactación que permita almacenar los residuos por más tiempo.
El diseño está conformado por un soporte de aluminio, alrededor del cual se ubica una isla de canecas cuya parte frontal es más amplia y tienen una portezuela abatible con dirección al suelo para facilitar la recolección de los residuos. También tiene un agarre lateral que les facilita a los operarios su trabajo a la hora de desocuparlas.
Los nuevos modelos son el resultado de la investigación realizada por Lesly Quevedo, Robinson de la Valle y Luis Carlos Amaya, estudiantes de Diseño Industrial de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Bogotá.
A partir del trabajo desarrollado con voluntarios de la Cruz Roja Colombiana, en el Centro de Entrenamiento en Prevención y Atención de Desastres (Cepad) de la U.N. en Tabio se llegó a la conclusión de que el flujo de residuos debía abordarse según la cantidad y el tipo de usuarios que transitan por los diversos espacios con que cuenta este Centro: campo de entrenamiento, cocina y almacén, entre otros.
“Uno de los mayores inconvenientes de trabajar con la disposición de basuras es que la capacidad de los contenedores no suele ser suficiente, y las canecas terminan desbordándose, de manera que la intención de realizar cualquier actividad asociada con el reciclaje termina fracasando”, precisa la estudiante Quevedo.
Según el lugar donde se encuentren, las canecas cambiarán su tamaño. Las destinadas a la cocina, por ejemplo, son mucho más grandes que las de residuos orgánicos, mientras que en los comedores se hace énfasis en el contenedor destinado a desechos plásticos, según las actividades programadas.
Tratamiento de residuos
Con el fin de hacer del proceso de recolección y separación de residuos una actividad económica rentable, y con el lema “Entrenamiento = aprovechamiento de basura”, los estudiantes también contemplaron la posibilidad de articular el sistema con una compostera en la que se viertan los residuos orgánicos para aprovecharlos en otros proyectos contemplados dentro del trabajo realizado con la Cruz Roja Colombiana, como el de una huerta modular.
De igual manera se proyectó una lavadora de desechos plásticos hecha partir de una polea vertical que activa un sistema en el que se agitan los residuos, de manera que puedan limpiarse gracias a una mezcla hecha de bicarbonato y limón. Así mismo, un sistema de trituración de plástico, mediante una bicicleta adaptada con un juego de piñones en la parte posterior, con el fin de ejecutar esta labor mediante un pedaleo constante.
La idea es que quienes operan estos artefactos puedan realizar una actividad física que complemente algunas de las tareas que forman parte de su entrenamiento.