Por: Rodrigo Bernardo Ortega
Colombia se encuentra en una encrucijada histórica. El país, cuya economía depende fuertemente del petróleo, debate hoy la conveniencia de adoptar el fracturamiento hidráulico o fracking, una técnica de extracción que promete una extensión de las reservas a corto plazo. Sin embargo, los últimos descubrimientos científicos y la experiencia global han confirmado que el fracking conlleva un costo ambiental y social potencialmente irreversible: la contaminación del aire, la tierra y, crucialmente, el agua. El debate ha escalado al Congreso, donde varios proyectos de ley buscan la prohibición definitiva, mientras las comunidades indígenas, históricamente vulneradas, alertan sobre la destrucción de su tejido cultural y territorial.
Este artículo analiza la evidencia científica, el impacto en los pueblos ancestrales y
la lucha legislativa, para finalmente proponer una hoja de ruta viable: cómo
asegurar la autosuficiencia energética y cumplir con las metas climáticas sin
hipotecar el futuro del país a través de la fractura.
El fracking implica la inyección de grandes volúmenes de agua, arena y un cóctel
de productos químicos a alta presión en el subsuelo para fracturar la roca y liberar
los hidrocarburos atrapados. Los últimos descubrimientos científicos y la
experiencia en países con amplia explotación de Yacimientos No Convencionales
(YNC) como Estados Unidos, han confirmado riesgos que antes eran solo
teóricos.
La principal preocupación ambiental gira en torno al recurso más vital: el agua. El proceso de fracturación afecta el ciclo hidrológico en dos fases críticas:
- Consumo Hídrico Masivo
Cada pozo de fracking requiere millones de litros de agua. En regiones como el Magdalena Medio, donde se contemplaron los Proyectos Piloto Integrales de Investigación (PPII), este consumo competiría directamente con el uso del agua para consumo humano, agricultura y ganadería, especialmente en épocas de sequía. La escasez y la presión sobre los acuíferos superficiales y subterráneos se intensificarían.
- La Contaminación del “Flowback” y Acuíferos
La mezcla inyectada, que retorna a la superficie como agua de producción o flowback, contiene no solo los químicos del cóctel inicial, sino también metales pesados, sales, elementos radiactivos naturales (NORM) y otros hidrocarburos extraídos de las profundidades de la tierra.
Contaminación de Acuíferos: Aunque los defensores del fracking sostienen que las formaciones rocosas no convencionales están muy por debajo de los acuíferos de agua potable, estudios han documentado la migración de gases y fluidos contaminantes a través de fisuras naturales, fallas geológicas o, más comúnmente, por el fallo en el revestimiento de los pozos. Estos fallos son un riesgo constante y sus efectos son virtualmente irreversibles. Esta agua de retorno, al ser altamente contaminada, no puede ser tratada con métodos convencionales, lo que genera un dilema de disposición de residuos de alta toxicidad, con el riesgo latente de filtración a los cuerpos de agua superficiales o subterráneos.
Sustancias Nocivas y Cáncer: Se han detectado sustancias químicas cancerígenas como el benceno y el tolueno en muestras de aire y agua cerca de zonas de fracking. La exposición a estas sustancias está vinculada a una amplia gama de impactos en la salud, incluyendo enfermedades pulmonares y daños neurológicos, un riesgo que aumenta para las poblaciones que viven en la “zona de impacto” inmediata.
La operación de fracking no es solo una actividad subterránea; es una operación
industrial intensa que genera emisiones atmosféricas significativas:
- Emisiones de Gas: La fuga de metano (el componente principal del gas natural) desde los pozos y equipos es un problema crítico. El metano es un Gas de Efecto Invernadero (GEI) más de 80 veces más potente que el dióxido de carbono en un horizonte de 20 años. Esta liberación descontrolada sabotea los compromisos climáticos del país y contradice cualquier discurso de “transición energética”.
- Contaminación por Partículas: La preparación del sitio, el transporte constante de equipos y fluidos, y el uso de compresores y motores diésel generan contaminación por partículas (PM) y otros contaminantes como óxidos de nitrógeno (NOx) y compuestos orgánicos volátiles (COV). Estas partículas finas son conocidas por empeorar los síntomas de enfermedades pulmonares y respiratorias, un riesgo particularmente alto para niños y ancianos.
El impacto del fracking en la tierra y la geología del país es multifacético:
Ocupación y Fragmentación del Territorio: La apertura de múltiples plataformas de pozos, carreteras de acceso, y la infraestructura asociada (tuberías y piscinas de residuos) requiere la deforestación y la fragmentación de hábitats naturales. En Colombia, esto amenaza ecosistemas críticos, como los bosques secos tropicales y zonas de alta biodiversidad en el Magdalena Medio.
Riesgo de Sismicidad Inducida: Aunque el fracking por sí mismo rara vez causa terremotos de gran magnitud, la disposición de las aguas residuales de alto volumen en pozos de inyección profundos ha sido científicamente vinculada a un incremento significativo de la sismicidad en regiones como Oklahoma (EE. UU.). En un país con fallas geológicas activas como Colombia, la alteración del equilibrio de la presión del subsuelo representa un riesgo que no puede ser ignorado, poniendo en peligro la infraestructura y la seguridad de las poblaciones cercanas.
El fracking y la explotación de YNC profundizan una problemática histórica en Colombia: el despojo territorial y la violación de derechos de las comunidades étnicas.
- Derecho a la Consulta Previa, Libre e Informada (CPLI): Los proyectos extractivos en territorios indígenas o adyacentes a ellos históricamente han ignorado o minimizado el principio de la CPLI, un derecho fundamental respaldado por la Constitución y el Convenio 169 de la OIT.
- Impacto Cultural y Espiritual: Para pueblos como los Siona e Inga, el agua de los ríos y caños no es solo un recurso; es un elemento sagrado vital para la medicina tradicional, los rituales espirituales (como la preparación del yagé) y la conexión con el territorio. La contaminación de estas fuentes de agua por el fracking no es solo un daño físico, sino una destrucción del tejido cultural y espiritual.
- Salud y Subsistencia: Las comunidades que dependen directamente de la pesca y la agricultura cerca de las zonas de explotación reportan enfermedades cutáneas en los niños, malformaciones en el ganado y la pérdida de calidad de sus productos. La disputa territorial también se traduce en un aumento de la vulnerabilidad y la amenaza a líderes y defensores ambientales, una situación ya crítica en Colombia.
El rechazo social y científico al fracking se ha cristalizado en una intensa actividad
legislativa.
- Contexto de los Proyectos de Ley (PL): Se han radicado múltiples proyectos de ley (el último es la quinta o sexta iteración) buscando prohibir la exploración y explotación de Yacimientos No Convencionales (YNC) y la técnica de fracking en el territorio nacional. Estos proyectos, como el PL No. 150 de 2024 Senado – 496 de 2025 Cámara, suelen contar con el respaldo de amplios sectores políticos y del Gobierno Nacional, que incluso ha invocado el mensaje de urgencia.
- Argumentos a Favor de la Prohibición: Los ponentes se basan en el Principio de Precaución (ante la falta de certeza científica sobre la mitigación de impactos irreversibles), la protección de los derechos humanos y el cumplimiento de los compromisos climáticos internacionales (COP30, Acuerdo de París).
- Oposición y Argumentos Económicos: La oposición, principalmente de gremios del sector de hidrocarburos, advierte sobre la pérdida de autosuficiencia energética a corto plazo, la caída de los ingresos fiscales (regalías e impuestos) y la necesidad de explorar YNC para asegurar el gas y el petróleo necesarios para la transición.
- El Fallo del Consejo de Estado: El Consejo de Estado, aunque permitió inicialmente los PPII, estableció estrictas condiciones ambientales que validan la necesidad de la cautela regulatoria.
El dilema de Colombia es real: cómo financiar la transición sin colapsar las finanzas públicas que dependen en gran medida del petróleo.
La solución no puede ser la negación de la realidad ambiental, ni una prohibición sin un plan de contingencia.
Propuesta: Maximizar la Eficiencia en lo Convencional y Acelerar la Transición
1. Recobro Mejorado (EOR/IOR) en Campos Maduros: En lugar de abrir la puerta a riesgos inconmensurables, el país debe concentrarse en maximizar la eficiencia y la extracción de crudo en los yacimientos convencionales existentes y maduros a través de técnicas de Recobro Mejorado (Enhanced Oil Recovery – EOR). Estas técnicas, como la inyección de vapor, gases o polímeros, pueden aumentar el factor de recobro de los campos actuales de manera significativa y con un riesgo ambiental considerablemente menor que el fracking. Esto alarga la vida útil de los pozos actuales.
2. Acelerar la Exploración de Gas (Crudo Liviano): Priorizar la exploración de gas natural convencional y crudo liviano. El gas natural, aunque es un combustible fósil, es considerado un “combustible de transición” porque emite menos CO2 que el carbón o el petróleo pesado. Además, el gas es fundamental para la seguridad energética interna.
3. Regulación Ambiental de Cierre de Ciclo: Implementar regulaciones estrictas y transparentes para la gestión de residuos, el desmantelamiento de pozos y la restauración ambiental (Reclamación) en los campos petroleros existentes. Cualquier operación debe incorporar tecnologías limpias (monitoreo satelital, equipos de baja emisión) e inversiones en captura y almacenamiento de carbono (CCS) como parte integral de sus
planes de operación.
4. La Financiación de la Transición: Los ingresos fiscales del petróleo (regalías) deben ser etiquetados obligatoriamente y destinados a una “Bolsa de Transición Justa”. Estos fondos deben financiar directamente la inversión masiva en energías renovables no convencionales (solar y eólica, especialmente en La Guajira), y los programas de reindustrialización y economía circular para diversificar la economía en las regiones dependientes de la renta petrolera.
Colombia tiene la oportunidad de dejar de lado la fractura del fracking y avanzar con liderazgo global. La prohibición de esta técnica, respaldada por la evidencia de su impacto en el agua, el aire y las comunidades ancestrales, es una aplicación responsable del principio de precaución. La estabilidad fiscal del país debe asegurarse mediante la optimización inteligente de sus recursos convencionales y una inversión acelerada en la transición, demostrando que es posible tener soberanía energética y progreso económico sin hipotecar el futuro ambiental ni sacrificar los derechos de sus pueblos.
FUENTES
- https://repository.udistrital.edu.co/server/api/core/bitstreams/f2274e6c-c9c6-4640-a846-0b2bdd8437c2/content
- https://www.wwf.org.co/?378492/Esto-es-lo-que-debes-saber-sobre-el-fracking-y-sus-riesgos
- https://www.minambiente.gov.co/radicado-proyecto-de-ley-que-prohibe-el-fracking-en-colombia/
- https://rutasdelconflicto.com/notas/colombia-indigenas-denuncian-crimen-organizado-petroleras-impactan-los-rios-sagrados-los
- https://es.mongabay.com/2022/04/colombia-el-pueblo-indigena-que-el-estado-invisibilizo-ante-la-petrolera-gran-tierra-energy/
- https://www.senado.gov.co/index.php/documentos/comisiones/constitucionales/comision-quinta/proyectos-de-ley/proyectos-de-ley-y-ponencias-periodo-constitucional-2022-2026/proyectos-de-ley-y-ponencias-legislatura-20-julio-2024-20-julio-2025/p-de-l-no-150-2024-senado-fracking/8876-ponencia-1er-debate-p-de-l-no-150-2024-senado-fracking/file
- https://www.minambiente.gov.co/gobierno-nacional-radico-mensaje-de-urgencia-a-proyecto-de-ley-que-prohibe-el-fracking/
- https://www.anh.gov.co/documents/27288/Comunicado_de_prensa__IRR_2024.pdf




