Bogotá, agosto 22 de 2025 – La Amazonía atraviesa un momento decisivo. En
un contexto de crisis climática y de crecientes amenazas sobre los territorios y
pueblos amazónicos, los mecanismos de participación en la Organización del
Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) resultan claves para garantizar
decisiones legítimas, inclusivas y efectivas.
Desde la Red de Redes Amazónicas, que articula a más de 450 organizaciones,
saludamos los avances alcanzados en la V Cumbre de Presidentes de la
Amazonía. En particular, celebramos la creación del Mecanismo Amazónico de
Pueblos Indígenas (MAPI), un paso histórico que, tras 45 años de vigencia del
Tratado de Cooperación Amazónica, abre un canal formal de diálogo entre los
pueblos indígenas y los gobiernos. Este reconocimiento constituye un avance
fundamental, pues permite que sus sistemas de gobierno y conocimientos
ancestrales se integren en las reflexiones y decisiones de la OTCA, garantizando
la preservación de la Amazonía y de los beneficios que esta brinda a sus
pueblos, a nuestros países y al planeta entero.
Sin embargo, expresamos nuestra profunda preocupación por la decisión de no
crear el Mecanismo de Participación de la Sociedad Civil ante la OTCA, una
propuesta ampliamente respaldada durante los Diálogos Amazónicos por más de
450 redes y organizaciones. Su exclusión desconoce el trabajo colectivo de la
sociedad civil amazónica, que ha aportado propuestas invaluables como sistemas
de monitoreo comunitario, rutas de protección para pueblos indígenas en
aislamiento, diagnósticos territoriales y alternativas productivas basadas en la
sociobiodiversidad. Marginar estos aportes equivale a desaprovechar soluciones
concretas y efectivas para enfrentar la crisis climática y los graves desafíos de
seguridad que amenazan la región.
De cara a la COP30 en Belém, reiteramos que los avances en participación no
pueden quedarse a medias. Tanto los pueblos indígenas como la sociedad civil
organizada necesitan contar con espacios claros, permanentes y vinculantes
dentro de la OTCA. Solo con una participación plena, legítima y efectiva será
posible elevar la ambición, garantizar la justicia socioambiental y construir políticas
sostenibles para la protección de la Amazonía y de sus pueblos.