Las mejores y peores ciudades del país en calidad ambiental

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El estado del medioambiente de las principales ciudades en el país es crítico de acuerdo con el nuevo Índice de Calidad Ambiental Urbana (ICAU), que por primera vez el Ministerio de Ambiente analizó para nueve ciudades de más de 500.000 habitantes y otros 32 centros urbanos de menor tamaño en el país. (Infografía: Así está el medio ambiente urbano)

De este grupo de urbes ninguna alcanzó una calificación entre alta y muy alta en el índice, que construyó y calibró un equipo de expertos quienes desde hace cuatro años vienen trabajando en esta medición. Los criterios de espacio público y aprovechamiento de los residuos sólidos así como la falta de reporte de calidad del aire, en general, tuvieron bajos comportamientos.

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Medellín, Bogotá e Ibagué fueron las únicas ciudades en alcanzar un puntaje medio a partir de 17 indicadores que evalúan de manera integral los aspectos ambientales de una ciudad como la superficie de área verde por habitante, la calidad del aire, la calidad de agua superficial, la población urbana localizada en zonas de amenaza alta, la exposición a niveles de ruido por encima de los niveles permitidos, las áreas protegidas, el consumo de agua y energía por habitante, entre otros indicadores. (Lea también: Medellín, la mejor ciudad del país en calidad ambiental)

“Cuando se mide calidad ambiental muchas veces se evalúa un único tema. En Colombia estábamos acostumbrados a solo tener datos de la calidad el aire o del agua, pero de lo que se trata es de medir de un conjunto de variables que sí hablan del ámbito urbano”, explica Adriana Díaz, coordinadora de la gestión urbana desde el Ministerio de Ambiente.

Entre las ciudades de más de 500.00 habitantes, Bucaramanga, Cali, Soledad (Atlántico) y Barranquilla quedaron en el eslabón de baja calidad ambiental y Cúcuta, con un puntaje de 6,5, se rajó quedando en la posición de muy baja calidad. En el caso de Cartagena al no cumplir con toda la información que se requería, ni siquiera alcanzó a ser medida.

En las ciudades de menos habitantes (que tienen entre 100.000 y 500.000) la situación empeora. De las 32 ciudades que por el momento se han evaluado, solo Bello e Itagüí en Antioquia y Facatativá en Cundinamarca tuvieron puntajes de medios. (Vea infografía).

Los peores resultados los presentaron Montería (Córdoba), Barrancabermeja (Santander), Palmira (Valle del Cauca), Popayán (Cauca) y Pasto y Tumaco (Nariño), que se ubicaron en la categoría de muy mala calidad ambiental.

Gabriel Vallejo, ministro de Ambiente, explicó que estos indicadores demuestran el rezago en los sistemas de información ambiental y que en regiones como la caribe se evidencia los retrasos en el manejo de residuos sólidos.

Algunas ciudades del estudio reportan bajos indicadores en el aprovechamiento de residuos sólidos. Archivo particular.

Sin embargo, esta medición es la primera que se le entrega al país para ir avanzando en las metas de gestión ambiental.

Se pretende que este índice se entregue cada dos años al país y sea un modelo de monitoreo de la política pública de Gestión Urbana Ambiental, que se adoptó en el país en el 2008, teniendo en cuenta que para el 2020 cerca del 80 por ciento de la población colombiana vivirá en centros urbanos. También se plantea a futuro crear un premio nacional para incentivar a los municipios a mejorar sus resultados e ingresar al índice las ciudades de más de 30.000 habitantes.

¿En qué van mal?

EL TIEMPO conoció el análisis detallado de las principales ciudades. En el caso de la capital antioqueña, la de mejor calificación en el país con 55 puntos, se destacan sus sistemas alternativos de transporte (que alcanza un 15,37 por ciento de su malla vial principal), el aprovechamiento de los residuos sólidos(0,52 kilos por habitante día) y que el 100 por ciento de sus áreas protegidas cuenta con un plan de manejo ambiental en ejecución.

“Implementar el sistema alternativo de bicicletas públicas y cuidar nuestras cuatro áreas protegidas urbanas permitió tener este buen rendimiento. Esperamos mejorar en el indicador de calidad del agua con la repotenciación de la planta de San Fernando”, asegura Hernando Darío Elejalde, director del Área Metropolitana del Valle de Aburrá.

Estos medidores de la calidad del aire fueron entregados en Medellín a ciudadanos para que contribuyan al monitoreo.

Medellín es la única ciudad del estudio que tiene medida su calidad del aire para el material particulado 2,5, el que más afecta a la salud y del que no se tiene información en ciudades como Soledad o Barranquilla, donde su ubican grandes parques industriales.

“El principal problema para medir PM 2,5 es que los centros de monitoreo de otras ciudades solo alcanzan el material particulado PM10 y otros gases de combustión, pero es realmente el PM 2,5 el que afecta la calidad de vida de las personas, porque son partículas tan pequeñas que generan mayores afectaciones a la salud”, explica Edison Yesid Ortiz, investigador de la Universidad Nacional, quien se ha especializado en el análisis de redes de monitoreo de calidad del aire.

En el caso de Cali solo en los últimos dos años se implementó el sistema de monitoreo de calidad del aire, según María del Mar Mozo, directora del Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente de la ciudad. Mozo insiste en que el índice del Ministerio se calcula con datos de 2013 y no corresponde a la actualidad de la ciudad.

La capital del Valle del Cauca, al igual que Soledad e Ibagué, también se rajó en el tema de espacio público. Al respecto, la funcionaria aseguró que con el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial se incluyeron nuevas áreas protegidas con planes de manejo.

En cuanto a Bogotá, la segunda mejor en el índice, hay una buena gestión en áreas protegidas y consumo de agua y energía, sin embargo, se raja en calidad del agua de sus corrientes superficiales, la población urbana expuesta al ruido (31,90 por ciento) y los suelos protegidos donde hoy hay conflictos de usos con el plan de ordenamiento territorial (28,60 por ciento).

De otro lado Cúcuta, la de peor puntaje, solo se destacó por el consumo de energía por habitante. Sin embargo, en el resto de indicadores como los residuos sólidos, el espacio público y la participación ciudadana en educación y gestión ambiental no presentó un buen rendimiento.

Sandra Gómez, subdirectora de recursos naturales de Corponor, la autoridad ambiental en Cúcuta, asegura que no están de acuerdo con los resultados del Ministerio porque tienen evidencias técnicas de que sí tienen sus avances en calidad del aire, especialmente. “Es un tema metodológico, porque el índice aplica estándares difíciles de cumplir para una ciudad intermedia”, resalta.

Lo más crítico es la falta de información ambiental

Este nuevo índice ambiental de las ciudades del país es el primer instrumento que logró estandarizar la información que tenían las corporaciones ambientales y las secretarías de los municipios. Antes de este, la manera cómo se medía el espacio público en Cali, por ejemplo, difería de la metodología aplicada en Cartagena o Barranquilla.

Además, según identificó el estudio, gran parte de los porcentajes negativos en la clasificación de cada ciudad se debe precisamente a información que no se tiene.

De esta manera, el nivel de incertidumbre de esta medición es alta para ciudades como Cúcuta (24,1 por ciento) y Soledad (30,4 por ciento), donde se desconocen indicadores de superficies de área verde, calidad del aire y donde otros ítems como calidad del agua y la población que participa de la gestión ambiental no resultaron válidos para este modelo nacional.

Bogotá y Bucaramanga, por el contrario, fueron las ciudades con mayor nivel de detalle en su información. En un 94 y 89 por ciento, respectivamente, contribuyeron con datos para los 17 criterios de evaluación.

Para elaborar el índice se estudiaron 1.200 indicadores, de los cuales se eligieron los más significativos, pero también “los más posibles para la realidad del país, teniendo en cuenta que muchas autoridades ambientales no cuentan con información o tienen datos desactualizados”, explica Adriana Díaz, del Ministerio de Ambiente.

Montería, con el peor indicador en las ciudades pequeñas

Entre las ciudades con más de 100.000 habitantes y menos de 500.000, Montería fue la capital con peores resultados con una calificación de 10,7 puntos.

Para Ezio Corena Puche, asesor de la dirección de la Corporación Autónoma Regional de los Valles del Sinú y del San Jorge (CVS), el aspecto más crítico de la ciudad se debe al conflicto de suelos de protección con los usos del plan de ordenamiento territoritorial.

En Montería está en proceso de revisión el Plan de Ordenamiento Territorial que tendrá como eje el río Sinú.

“Hay muchas edificaciones que se ubican en los bordes del río Sinú, lo que genera inundaciones y por ende existe una amenaza alta de riesgo”, explica. Otro de los temas más complejos para esta ciudad es el espacio público, donde solo se acercó a 2,0 metros cuadrados por habitante.

Otras ciudades como Barrancabermeja (Santander), Palmira (Valle del Cauca), Popayán (Cauca) y Pasto y Tumaco (Nariño) se ubicaron en la categoría de muy mala calidad ambiental.

Actualmente, el Ministerio de Ambiente recibe solicitudes de ajuste para ciudades intermedias como Envigado, Malambo, Montería, Villavicencio, Tunja, Valledupar, Pasto, Tumaco, Armenia y Yopal.

Además, faltan reportes de otras seis áreas urbanas, se trata de Santa Marta, Maicao, Sincelejo, Buenaventura, Quibdó y Riohacha.

LAURA BETANCUR ALARCÓN
Redactora de Medioambiente

Fuente: El Tiempo