Por: Karla Díaz
Desde la Amazonía se propone la ecuación: protección ambiental y comunitaria de la Amazonía + cumplimiento de los Acuerdos de Paz = Justicia y paz territorial, como la formula regional para el próximo Plan Nacional de Desarrollo
Con la ecuación legalidad + emprendimiento = equidad inició el Foro de la Región Amazónica para la formulación del próximo Plan Nacional de Desarrollo, ecuación que terminó siendo descartada al final del día. Una fórmula alternativa, resultado e las discusiones que se dieron entre víctimas, excombatientes, militares, pueblos indígenas, comunidades afro, cocaleros, ONGs e instituciones, podría ser la siguiente: protección ambiental y comunitaria de la Amazonía + cumplimiento de los Acuerdos de Paz = Justicia y paz territorial.
El Foro de la Región Amazónica se realizó en Florencia el 19 y 20 de octubre y tuvo como objetivo presentar lineamientos de política y propuestas para la formulación del PND 2018-2019.
A la invitación, hecha por la Universidad de la Amazonía, la Diócesis de Florencia, la Cámara de Comercio y demás organizaciones convocante, acudieron más de 400 personas, entre representantes de gremios, organizaciones sociales, ONGs e instituciones del orden nacional y local. Los grandes ausentes: los gobernadores de los departamentos amazónicos y sus secretarías de planeación. La principal dificultad: la poca presencia de representantes de la Amazonía oriental.
Entre la gran amalgama de asistentes fue importante la participación de las organizaciones cocaleras, mujeres víctimas, pueblos indígenas, ex – combatientes y organizaciones ambientalistas. Los puntos en torno a los cuales giró la agenda fueron: infraestructura productiva y desarrollo económico regional, desarrollo y consolidación del proceso de paz en la Amazonía, medio ambiente y desarrollo humano sostenible y equidad social y servicios públicos.
Las tensiones en torno al modelo de desarrollo no se hicieron esperar, por un lado, los gremios económicos, particularmente ganadero, planteó sus necesidades en términos de vías terciarias y proyectos para el fortalecimiento del sector, temas que chocaron con los participantes del Foro, quienes señalaron los altos costos ambientales de las obras de infraestructura y el modelo ganadero en la Amazonía.
No obstante, pese a dicha controversia (que se preveían por la naturaleza y fuerza del modelo de desarrollo ganadero, que surgió por iniciativa del gobierno nacional en la década de 1950), los sectores productivos confluyeron en la necesidad de transitar hacia un modelo de desarrollo sostenible de la ganadería y productos agroforestales.
Ahora bien, mientras la mesa de infraestructura y desarrollo sostenible contó con 13 ponencias, la mesa de medio ambiente tuvo 40, lo que inclinó la balanza hacia una perspectiva ambiental de la Amazonía.
Desde esta mesa se propuso la construcción e implementación de forma participativa de un modelo de desarrollo diferenciado para la Amazonía, en el que se priorice la protección de los pueblos indígenas, se consolide la economía campesina y detenga la expansión de la frontera agrícola, se transite de la economía extractivista a una de conservación y producción sostenible, se brinde reconocimiento legal de las semillas nativas.
Así mismo, se establezca como medida cautelar una moratoria minero-energética y se brinde seguridad jurídica en torno a la tenencia de la tierra, dando prioridad al saneamiento de los territorios indígenas, la restitución, la titulación de territorios colectivos de la comunidad afrodescendiente y el reconocimiento de derechos de ocupación.
Finalmente, se planteó la necesidad de reconocer que la política extractiva y la construcción de infraestructura son motores de deforestación para la Amazonía.
La inclusión de los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) y sus instrumentos de gestión (los Planes de Acción para la Transformación Regional (PATR)) en la visión de desarrollo de la Región Amazónica, fue una propuesta común. Desde la Amazonía se fue enfático en la necesidad de cumplir lo pactado en el Teatro Colón, particularmente lo acordado en el punto de Reforma Rural Integral (RRI).
Así mismo, fue importante la convergencia de las comunidades e instituciones, incluso desde las Fuerzas Armadas, en torno a la necesidad de garantizar y fortalecer los procesos de sustitución de cultivos ilícitos, atendiendo a los detonantes sociales, más que al carácter punitivo de la política.
Por su parte, los pueblos indígenas plantearon a grandes rasgos: reglamentación y puesta en funcionamiento de las Entidades Territoriales Indígenas (ETI) y sus instrumentos de planeación, implementación del capítulo étnico del proceso de paz, concertación para la implementación de políticas en materia de derechos humanos, protección a líderes, áreas no municipalizadas, pagos por servicios ambientales y la sentencia 4360 del 2018 que declara a la Amazonía sujeto de derechos. Así mismo, pidieron garantías económicas, jurídicas y de seguridad para la materialización de los planes de vida, entre otras propuestas.
Los jóvenes, mujeres, afrocolombianos y adultos mayores también levantaron la voz, planteando la necesidad de fortalecer el desarrollo cultural y la inversión en educación, particularmente en educación superior.
Cada propuesta fue vista a partir de un enfoque de gobernanza para la planificación territorial, en donde la consigna común fue “la Amazonía nunca estuvo vacía”, ha sido desconocida y es hora de que las visiones propias de desarrollo guíen la ejercicios de planificación.
Ahora queda en manos del DNP replicar este ejercicio en los demás departamentos amazónicos, tal como quedó acordado, así como el cambio de la ecuación para la Amazonía y el ejercicio de replantear los ejes de desarrollo, si el cometido es que este sea, realmente, un ejercicio de construcción participativa de una visión de desarrollo desde las bases. Si no es así, esta será una foto y una lista de asistencia más para el record de los PND construido desde una visión centralista y no democrática del desarrollo.