Palmira, sep. 01 de 2015 – Agencia de Noticias UN- Las represas y embalses pueden contribuir con un 4 % y un 12 % de las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2) y metano (CH4) de origen antrópico, es decir, causado por el ser humano.
“Los resultados que hemos venido encontrando en proyectos de investigación en este dominio dan reconocimiento a la U.N. Sede Palmira por ser la primera vez que se hace cuantificación de emisiones en embalses de trópico”, afirma Sandra Patricia Loaiza Mera, estudiante de la Maestría en Ingeniería Ambiental y asistente del grupo de investigación Ecología y Contaminación Acuática.
Varias de las iniciativas lideradas por la Sede se llevan a cabo de la mano con el Institut de Recherche pour le Développement (IRD) de Francia, uno de los institutos más reconocidos en la cuantificación de gases de efecto invernadero.
El profesor Juan Gabriel León Hernández, doctor en Dominio de las Ciencias de la Tierra y el Medio Ambiente, explica que los estudios han mostrado resultados para el embalse de Calima, en Valle del Cauca, donde las concentraciones de metano en la columna de agua son débiles, aunque cuenta con procesos de metanogénesis (producción de metano) muy activos en sedimentos del sistema.
Además hay altas concentraciones de dióxido de carbono en la superficie, probablemente como resultado de una fuerte respiración heterotrófica (la que realizan los organismos del suelo), debido quizá a restos de vegetación muerta que generan descomposición y mineralización.
“Las emisiones de este embalse parecieran ser muy elevadas en relación a su tamaño”, menciona el investigador de la U.N.
Respecto al embalse Riogrande II, en Antioquia, se encontró una gran variabilidad espacial y temporal en las emisiones, particularmente las de metano.
“Las concentraciones superficiales de este gas en las estaciones centrales fueron tres veces más pequeñas que en las estaciones cercanas a las entradas de los ríos que surten el embalse. En profundidad, las concentraciones de metano son hasta 4 veces más importantes en época seca que en época de lluvias. La variabilidad espacial y temporal, por su parte, fue mucho más baja para el dióxido de carbono”, menciona el profesor León Hernández.
Estudios de los embalses tropicales
La zona influenciada por aportes de agua al sistema representa un 25 % de la superficie total del embalse, pero contribuye con la mitad de las emisiones totales de este.
“Las emisiones por ebullición contribuirían al 12 % del total durante un año, pero pueden llegar a ser cerca del 60 % de las emisiones totales en época seca”, señala el investigador, quien agrega que las magnitudes no pueden ser divulgadas aún por tratarse de datos no publicados.
Estos resultados sintetizan 42 meses de estudio en los embalses de Calima, trabajo gestionado por la Empresa de Energía del Pacífico (EPSA) en el Valle del Cauca; y Riogrande II, gestionado por Empresas Públicas de Medellín (EPM).
“Para las Empresas Públicas de Medellín (EPM), es muy importante saber cómo son las emisiones de gases efecto invernadero, porque tenemos muchos embalses. Queremos analizar, sobre todo, aquellos que son tropicales porque no existe información al respecto”, manifestó Óscar Alonso Fernández Taborda, profesional en Desarrollo de Innovación de EPM.
La EPM buscó las mejores personas en este tema en el país, y encontraron al profesor Juan Gabriel León. Así se estableció un convenio con la U.N. Sede Palmira para que su equipo de investigación hiciera las respectivas mediciones.
Durante cada misión científica, se recolectaron muestras para análisis de calidad del agua y degradación de la materia orgánica, y se midieron emisiones de flujos difusivos hacia la atmósfera y concentraciones de gases en la columna de agua. Igualmente, un estudio de sedimentos se llevó a cabo para la compresión de los procesos de metanogénesis a este nivel.