A propósito de la visita del Primer Ministro Chino Li Keqiang que inició este lunes por Brasil, Colombia Perú y Chile, el periódico The Guardian le preguntó a varias organizaciones de América latina involucradas actualmente en la lucha contra un proyecto chino o que este siendo apoyado por su gobierno.
¿Qué le dirías a ministro Li si pudiera hablar con él por un minuto o dos?
En esta oportunidad, representantes de ONGs oriundas de Colombia, Nicaragua, Chile, Brasil, Argentina y Perú entre otros, se dirigieron al Primer Ministro de China haciendo reflexiones sobre los aspectos sociales y ambientales de las inversiones proyectadas, y exhortándolo a que en cualquier situación los derechos de las poblaciones y del medio ambiente sean asegurados. Si bien, las inversiones multimillonarias podrían aumentar la riqueza para algunos y generar oportunidades de empleo, los latinoamericanos confesaron estar seriamente preocupados por los posibles impactos que pueden causar.
Margarita Flórez, desde Colombia por parte de la Asociación Ambiente y Sociedad, manifestó que su principal preocupación es el respaldo de China en los planes para el río Magdalena, el río más importante del país, del cual dependen millones de personas, y una de las mayores cuencas fluviales de América del Sur.
“Su visita en este momento es más que oportuna, ya que algunas de las obras previstas por el Plan Maestro de Aprovechamiento del Río Magdalena, PMA,”van viento en popa”. Dicho documento se elaboró “con el financiamiento de su gobierno, con la participación de HydroChina y Powerchina”, y prevé la construcción de represas, puertos, canalizaciones en fin obras integrales que deben analizarse en conjunto. Dado que estas obras además podrían eventualmente construirse por empresas chinas, con fondos chinos, las personas que viven a lo largo del río Magdalena están particularmente preocupados por los posibles impactos sociales y ambientales del proyecto.
Para ver las demás opiniones pude consultar el artículo original en inglés aquí publicado por el periodista David Hill en la edición The Guardian de mayo 19