El proyecto sigue rodeado de polémica por sus consecuencias medioambientales

Un área de 263 kilómetros cuadrados del sureste de Nicaragua se ha convertido desde el martes en un enclave chino en Centroamérica. Los líderes indígenas de las etnias rama y creole firmaron un “acuerdo de arrendamiento” con el que ceden indefinidamente el control de las tierras para la construcción de un gran canal interoceánico, cuya concesión fue entregada por 100 años a la empresa china HKND, propiedad del empresario de las telecomunicaciones Wang Jing.

El acuerdo fue firmado por Manuel Coronel Kautz, representante de la Comisión Nacional del Gran Canal, y por el presidente del Gobierno Territorial Rama y Creole, Héctor McCrea. “Damos nuestro voto de confianza a la Comisión Nacional del Gran Canal porque estamos seguros de que la construcción de este proyecto contribuirá al desarrollo humano”, dijo McCrea. Entre los testigos de la firma estuvo el hijo del presidente Daniel Ortega, Laureano, nombrado asesor presidencial en temas de inversión y mano derecha del mandatario en el acercamiento a China, potencia con la que Nicaragua no tiene relaciones diplomáticas formales.

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Esta nota sintetiza información original del  Diario el País