
Como parte de las actividades de nuestro área de trabajo Financiamiento y derechos socio ambientales nos interesa participar activamente frente al monitoreo de las inversiones en megaproyectos, y cambio climático de la banca multilateral, y banca nacional de desarrollo, por tal motivo en el marco de los 60 años del BID y dela reinion anual celebrada en Guayaquil- Ecuador, la Asociación Ambiente y Sociedad junto con otras organizaciones de la sociedad civil desarrollaron la rueda de prensa “¿Qué tipo de desarrollo está financiando el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)? y el Foro público “El rol de los organismos multilaterales en el financiamiento internacional y su impacto social y ambiental en América Latina”
Comunicado de prensa
- En 2019 el Grupo BID inicia el proceso de revisión de las salvaguardas sociales y ambientales, la ciudadanía y comunidades esperamos políticas más rigurosas y efectivas.
- En medio de los 60 años del BID y su reunión anual en Guayaquil, en una rueda de prensa, pueblos indígenas, comunidades campesinas y organizaciones de sociedad civil de la región demandan ser parte del proceso para la construcción de políticas efectivas.
Guayaquil, 16 de julio de 2019.- El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) es el principal inversionista en América Latina y el Caribe, durante 2018 contaba con 600 proyectos activos de los cuales el 62% fue destinado al sector de infraestructura y medio ambiente.
Los proyectos desarrollados por el Banco han sido ejecutados en el marco de la implementación de políticas de salvaguardas las cuales tienen como objetivo ayudar a prevenir daños ambientales y sociales, impulsando la protección de derechos como: a la consulta previa, el medio ambiente sano y el acceso a la información.
Desafortunadamente, las políticas de salvaguardas no se han aplicado correctamente, han sido insuficientes y no se alinean a los estándares internacionales de derechos humanos. Por esta razón los proyectos están generando conflictos sociales y ambientales; dos ejemplos claros de esto son: Hidroituango (Colombia) y Camisea (Perú).
En el caso de Hidroituango en el año 2017, la Corporación Interamericana de Inversiones aprobó un préstamo a Empresas Públicas de Medellín (EPM), por 550 millones de dólares. El proyecto ubicado sobre el río Cauca en el noroccidente del departamento de Antioquia, a unos 170 kilómetros de Medellín fue clasificado por el BID en la categoría A, es decir la de máximo riesgo socio ambiental.
Algunos de los impactos en este proyecto son:
- Incumplimiento del contenido de las licencias ambientales otorgada por la autoridad ambiental en Colombia ANLA, adiocional se presentó un Estudio de Impacto Ambiental incompleto.
- Desde su inicio en 2010 las comunidades han denunciado ausencia de espacios de diálogo y procesos de participación ciudadana en torno al diseño e implementación de la obra.
- Impactos en la cantidad y calidad de las aguas que disponen las comunidades dependientes del río Cauca.
- Ausencia de un plan de reasentamiento previo al inicio del proyecto, muchas de las comunidades fueron despojadas de sus viviendas sin previo aviso.
“Soy rio, soy montaña” advierte Rudy Estela Posada, líder del movimiento Ríos de Colombia, y una de las directas afectadas de este megaproyecto. “Hidroituango nos está arrebatando a nuestro patrón Mono: el río Cauca, como lo llamamos cariosamente. El río era nuestro sustento económico, como barequeros, arrieros, pescadores, areneros y agricultores nos dio bienestar por muchos años pero hoy nuestro mono está secuestrado, han cambiado su cauce y de paso cambiaron nuestra forma de vivir, nuestras costumbres ancestrales, pues como cañoneros aprendimos a vivir con los medios de vida que nos brindaba el río, las playas, el bosque, la montaña y sus riberas. Con estos medios, por muchos años, le hemos dado alimentación, educación, ropa, vivienda a nuestras familias. Además, aprendimos a vivir dignamente en armonía con la naturaleza, la tranquilidad y el trabajo”
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