Redacción AAS
Entre el 13 y 14 de diciembre de 2016 se realizó en el estado de Arkansas (E.E.U.U.) el Taller Panamericano Sobre Tendencias y Evolución del Fracking. Este taller fue organizado por las ONGs Centro de Derechos Humanos y Ambiente (Argentina), y Clean Air Task Force y contó con la participación de diferentes representantes de organizaciones de la sociedad civil de Latinoamérica y de algunos lugares de los Estados Unidos que han venido trabajando en contra de la explotación de hidrocarburos mediante la técnica de Fracturación Hidráulica más conocida como fracking.
El taller se llevó a cabo en dos sesiones. La primera consistió en compartir las experiencias y los resultados de las estrategias que se han llevado a cabo en procura de la prohibición o de una regulación más rigurosa del fracking en países como Colombia, México, Chile, Argentina y Brasil y en los estados de Oklahoma, California, New York, Colorado, Florida y Texas.
En los Estados Unidos las experiencias han sido variadas. Por ejemplo, en el estado de Nueva York el fracking fue prohibido y en California se logró reforzar la regulación obligando, entre otras cosas, a las empresas a indicar tanto los químicos que son inyectados, como sus cantidades y los compuestos formados con estos. De igual manera, algunos condados en los estados de Oklahoma, Texas y Colorado han realizado esfuerzos para prohibir el fracking; sin embargo, a través de sentencias y leyes estatales estos intentos han sido frustrados. De otro lado, la situación en Florida es diferente, ya que hay condados, como Miami Dade, que prohibieron esta actividad, lo cual pudo ser posible por la falta de interés de la industria de los hidrocarburos en hacer extracciones en ese estado, entre otros motivos.
Por su parte, en Latinoamérica la situación no es más alentadora toda vez que en todos los países presentes en el evento el fracking no ha sido prohibido, la regulación sigue siendo débil y tiende a beneficiar más al sector privado que a la sociedad y al ambiente. Sin embargo, como hecho importante Nicole Oliveira de Brasil indicó que en ese país mas de 70 municipios se han opuesto a la práctica de fracturación hidráulica.
Se observa como un factor común la influencia de la industria de los hidrocarburos sobre los países y estados, evitando prohibiciones y regulaciones más estrictas con tal de mantener su negocio más rentable. Adicionalmente, este sector usa como excusa los beneficios económicos de estas energías, los cuales, como lo manifestó Andrew Gringberg al hablar sobre California, son inflados e ignoran factores sociales y ambientales importantes.
La segunda parte consistió en un recorrido a una explotación de gas mediante la técnica de fracturamiento hidráulico en el noroccidente del estado de Arkansas, dirigida por la compañía Southwetern Energy (SWN) . Esta compañía en la actualidad es la tercera productora de gas de los Estados Unidos, además ellos mismos han indicado ser los mejores en cuanto a prácticas para reducir los impactos ambientales en el proceso de extracción de gas mediante el Fracking.
El recorrido inició con un recuento de la historia de la compañía, algunas explicaciones básicas sobre el fracking y las medidas de seguridad que se deben tener en cuenta durante la visita a los pozos de extracción. Adicionalmente, la empresa mencionó las medidas que ha tomado para mejorar su gestión ambiental entre la que se encuentra la reutilización de agua, la reducción del uso industrial del agua que puede ser consumida por humanos, la reducción de emisiones atmosféricas y el encofrado de toda la tubería empleada en la extracción. No obstante, reconocieron la posibilidad de fugas de gas a la atmosfera y de otros incidentes que impactan el ambiente.
Durante la visita a los pozos observamos el proceso flow back (retorno) que es el momento donde luego de inyectar el agua con arena y químicos, estos se devuelven y pasan a un complejo proceso de separación del agua, la arena y el gas. El gas es enviado a la red de distribución del estado de Arkansas; el agua se reutiliza en otros procesos de inyección sea para fracturar o para generar presión en los pozos y la arena es desechada porque, tal y como lo manifestó un empleado de la compañía, es más costoso limpiarla y secarla que obtenerla de una cantera.
La visita permite concluir que a pesar de la existencia de empresas con un mayor grado de gestión ambiental y de una regulación más estricta que la Latinoamericana, en Estados Unidos el fracking ha causado grandes impactos al ambiente, debido no solo a los accidentes sino también a la operación rutinaria. En relación a lo anterior, el 13 de diciembre la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA por sus siglas en inglés) demostró la afectación de los acuíferos por culpa del fracking en este país.
Por lo tanto, queda preguntarnos si en un país con regulación más estricta y con empresas más responsables sucede esto, ¿qué se puede esperar de los países latinoamericanos en donde las regulaciones se flexibilizan y la empresa privada y el gobierno se resisten siquiera a debatir los potenciales y /o verdaderos impactos del fracking?