Primera publicación: Blogs El Espectador
Por: Karla Díaz
El proceso de implementación de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) en el departamento de Putumayo ha sido tergiversado. Si bien estos programas deberían ejecutarse con la participación activa de las comunidades más afectadas por el conflicto armado, la metodología para poner en práctica estos programas limita su colaboración y restringe su acceso a la información. Todo apunta a que este proceso está siendo arbitrario y no corresponde a un tránsito digno de inclusión hacia la paz.
Los PDET son el instrumento de planeación que permitiría dotar de bienes y servicios sociales la Reforma Rural. Es decir, a la par que se impulsa un escenario en el que se dan garantías para el acceso y la redistribución de la tierra, los PDET brindarían condiciones sociales óptimas en salud, educación, vías, entre otras, para una vida digna. Sin embargo, lograrlo parece cada vez más difícil, ya que la metodología empleada para la implementación de estos programas discrimina la visión de desarrollo de las comunidades del departamento de Putumayo, y aleja la instauración de los componentes de la Reforma Rural, especialmente de los mecanismos relacionados con el acceso a la tierra.
Para poner en marcha los PDET, la Agencia de Renovación del Territorio (ART) contrató a una firma especializada -con financiación del Fondo Colombia en Paz- con el fin de elaborar una metodología que permitiría priorizar las iniciativas y definir cómo se implementarían. La metodología fue denominada como Hoja De Ruta (HDR) y se divide en cinco componentes: i) escenario meta, ii) análisis de potencialidades, iii) modelo multicriterio, iv) trayectorias de implementación, v) sistema de seguimiento y monitoreo.
El problema radica en que la HDR se puede catalogar como un simulacro de participación, pues, en realidad y lejos de incluir la perspectiva de las comunidades, limita la participación ciudadana para validar decisiones previamente tomadas. En otras razones, porque existe poca transparencia en los procesos de ejecución: es difícil acceder a la información sobre las obras que figuran como parte de los PDET, con lo cual se dificulta el control de las comunidades sobre su elaboración.
En el escenario meta, para la definición del primer componente, se señaló la necesidad de establecer i) los principios orientadores del futuro deseable (¿Cuál es el futuro que se quiere?), ii) elegir un territorio que sirva como contraste porque tiene mejores indicadores de desarrollo (¿Con qué territorio lo comparamos?) y iii) establecer una serie de indicadores que permitan medir el avance de los territorios PDET (¿Qué comparamos?).
Con respecto a los principios orientadores, la HDR establece que el futuro deseable está relacionado con el concepto de estabilización y tiene por objetivo dar cumplimiento a lo que el Gobierno Nacional ha llamado “paz con legalidad” y de desarrollo sostenible. Lo anterior significa que el futuro deseado para todos los territorios PDET, de acuerdo con la ART, es alcanzar mejores indicadores en temas como reducción de porcentaje de cultivos de uso ilícito, reducción de tasas de homicidios, cobertura de alcantarillado, reducción de la deforestación, entre muchos otros. Haciendo clic aquí podrá ver todos los indicadores.
Tabla 1: Indicadores orientadores para la construcción de un escenario meta
Ahora bien, ¿es esto lo que plantearon las comunidades cuando formularon los Planes de Acción para la Transformación Regional (PATR)? Con el fin de analizar la aplicación de la metodología propuesta por la firma consultora, se contrastó el escenario meta de la Hoja de Ruta con la visión de crecimiento construida por las comunidades en los PDET del Putumayo.
Tabla 2. Comparación de la visión de desarrollo del PATR y el escenario meta de la Hoja de Ruta del Putumayo
Como se muestra en el cuadro, la visión de desarrollo dista mucho de los indicadores definidos por la Hoja de Ruta, pues no hay indicadores que permitan medir y, por lo tanto, orientar los objetivos en términos de afianzamiento de la identidad amazónica, lo que requeriría de medidas en términos del enfoque educativo, más que del aumento de centros educativos. Lo mismo ocurre con el enfoque diferencial, étnico y de género, pues su crecimiento requiere de políticas culturales que no se definen en términos cuantitativos.
El indicador de reducción de cultivos denominados de uso ilícito es un buen ejemplo de los choques de ambos modelos, pues en la HDR del Putumayo no se especifican los mecanismos de reducción; lo que podría suponer un aumento de las aspersiones con glifosato, una medida que las organizaciones consideran, en el diagnóstico participativo, un generador de conflictos territoriales que podría aumentar la conflictividad.
La evidente diferencia entre la visión de progreso construida por las comunidades y el escenario meta para el Putumayo, se vuelve aún más grande cuando la HDR no tiene en cuenta los ocho pilares de los PDET y los cambia por cinco dimensiones: i) ambiental, ii) reactivación económica, iii) justicia, legalidad e institucionalidad, iv) reactivación económica y v) conectar. Dichas dimensiones son definidas por el grupo de indicadores que vimos en la tabla anterior.
En definitiva, como se ha argumentado a lo largo de este texto, la metodología definida en la HDR no corresponde con la visión de crecimiento planteado por las comunidades en el Putumayo, ya que no permite recoger los elementos territoriales de la construcción de modelos de desarrollo, ni reconoce los enfoques diferenciales que plantearon las comunidades, ni el Acuerdo de Paz.
Adicionalmente, las dimensiones e indicadores definidos en el modelo de paz con legalidad y desarrollo sostenible no recogen los enfoques de ruralidad, de acceso a derechos y, especialmente, de acceso a la tierra que se encuentra en el primer pilar de los PDET.
Este artículo hace parte de una serie que busca mostrar la tergiversación que han sufrido los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) en su proceso de desarrollo. El análisis completo se encuentra en el documento “Que pasó con los PDET: Balance de su implementación en el Caquetá y Putumayo”.