Fuente: investigalavajato.convoca.pe

Por Ghiovani Hinojosa/ Convoca (Perú)

Uno de los actores más discretos de la trama de corrupción de Lava Jato es el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil (BNDES), que entre 2002 y 2015 otorgó préstamos por más de 14 mil millones de dólares a empresas constructoras para obras de infraestructura en Perú, Venezuela, República Dominicana, Argentina, Angola, entre otros países. Varias de estas compañías son investigadas por pagos de sobornos. Como parte del proyecto colaborativo ‘Investiga Lava Jato’, Convoca.pe accedió a documentos sobre estos malos manejos.

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El sábado 5 de julio de 2014, mientras las selecciones de fútbol de Holanda y Costa Rica se batían en el campo de juego por pasar a la semifinal del Mundial de Brasil, en la casa del entonces vicepresidente de la República Michel Temer se jugaba otro partido.

Temer, hoy presidente de Brasil, había invitado al entonces director de relaciones institucionales del grupo empresarial J&F, Ricardo Saud, a ver el encuentro de fútbol en su casa de Sao Paulo, según confesó el empresario a las autoridades brasileñas.

Saud aseguró que aprovechó el ambiente distendido para llevarle a su anfitrión un papelito con los montos que su corporación pensaba “donarles” a seis senadores del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), al que pertenece Michel Temer. A cambio, esta agrupación apoyaría al Partido de los Trabajadores (PT), fundado por Lula da Silva, en las elecciones generales de octubre.

El PT había solicitado esa ayuda al grupo empresarial J&F, un viejo financista y dueño de JBS, la mayor procesadora mundial de carne. De acuerdo con la colaboración premiada de Ricardo Saud brindada ante el Ministerio Público Federal, Temer se incomodó con las cifras de la repartición y dijo: “El PMDB tiene que pasar por mí. Yo voy a reasumir el partido”. Y luego añadió: “¿Y para mí? ¿Qué tiene?”.

Once días después, el 16 de julio de 2014, Michel Temer retomó la presidencia de su agrupación política. Saud contó a la justicia brasileña que fue a visitar a Temer a mediados de agosto, en sus oficinas de la vicepresidencia en el Palacio de Jaburu para comunicarle que había decidido entregar 15 millones de reales (más de 6 millones de dólares al tipo de cambio en los días que sucedieron los hechos), de los cuales 1 millón (unos 450 mil dólares) era para el propio Temer.

Presidente de Brasil Michel Temer (al medio) junto al ex ministro de Hacienda Guido Mantega (el primero de la derecha), quien habría sido el encargado de cobrar los sobornos de JBS.

Esta versión fue corroborada por otro ejecutivo de J&F y colaborador premiado de la justicia, Florisvaldo Caetano de Oliveira, quien confesó haber sido el encargado de llevar el efectivo.

“El declarante recuerda que demoró un poco para efectuar la entrega y Ricardo Saud cobró prisa diciendo que el dinero era para el presidente Michel Temer”, se lee en la confesión de Caetano realizada el 16 de junio de 2017 en la Policía Federal de Brasilia.

¿De dónde salieron los 15 millones de reales para el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) de Temer? De acuerdo con las confesiones de los delatores que aparecen en la denuncia del saliente procurador general de Brasil, Rodrigo Janot, contra Michel Temer, fueron pagos “retirados de una cuenta corriente de propinas (coimas) para el PT resultante de los negocios conseguidos con el BNDES (Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil)”, la mayor entidad pública de fomento de ese país.

Según la línea de investigación de los fiscales brasileños que siguen la pista a este caso bajo el nombre de “Operación Bullish”, J&F hacía depósitos cada vez que el partido de gobierno le ayudaba a obtener préstamos en el banco estatal. Pero esto apenas es una parte de la historia.

El fiscal Iván Marx, quien está a cargo de estas pesquisas, declaró al diario Estadão que J&F no ha contado todo sobre los delitos cometidos en el banco por lo que anunció denunciar a la empresa y exigirle el pago de mil millones de dólares por daños al erario.

Joesley Batista, uno de los dueños de JBS: “Si no fuese por la presión y acompañamiento de Guido Mantega, el préstamo no hubiera salido”, declaró ante las autoridades el 21 de junio pasado. Foto: Revista Veja.

El dinero del BNDES, que sale de las arcas del tesoro público de Brasil con los aportes de sus ciudadanos, sirve para expandir los negocios en diversos países de América Latina y África, donde hay varias obras bajo sospecha por los pagos de sobornos de las empresas brasileñas a funcionarios.

Convoca.pe, como parte del proyecto colaborativo ‘Investiga Lava Jato’, accedió a un amplio informe de 2014 del Tribunal de Cuentas en el que señala que halló una política de opacidad en la información de los créditos del banco. Esta institución tiene por lo menos siete investigaciones abiertas por el otorgamiento de financiamientos en el exterior.

DESEMBOLSOS MILLONARIOS Y OPACIDAD

Hay mucho dinero en juego. El banco otorgó préstamos, entre 2012 y 2015, por 14 mil 584 millones de dólares a las empresas constructoras, varias de ellas investigadas en la operación Lava Jato por pagos de sobornos a altas autoridades de Estado. Este monto millonario de dinero equivale a la tercera parte del presupuesto público de Perú en 2017.

Odebrecht concentró el 69,9% de los créditos, seguida de Andrade Gutiérrez (19,7%) y Camargo Correa (5,2%), de acuerdo con la base de datos de créditos del BNDES, procesada y analizada por Convoca.pe hasta la tercera semana de setiembre.

El principal destino de los créditos fue Angola (donde se proyectaron principalmente carreteras, hidroeléctricas, saneamiento básico y viviendas), seguido por Venezuela, República Dominicana, Argentina, Cuba, Mozambique (principalmente por la cuestionada construcción del aeropuerto de Nacala como aparece en el reportaje ‘Los tentáculos de Odebrecht en África’, Mozambique, Perú, entre otros. (Ver Ranking)

Fuente: BNDES / Elaboración: Orlando Tapia (Convoca).

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Varias de estas operaciones financieras del BNDES se dieron, según el informe del Tribunal de Cuentas de la Unión de manera discrecional. Por ejemplo, el banco no tenía una base de datos de los préstamos cancelados, por lo cual fue difícil evaluar si habían favorecido a algunas compañías en desmedro de otras.

El Tribunal también encontró que algunas empresas al solicitar sus créditos planteaban presupuestos que no concordaban con los valores del mercado. Así, hubo “insuficiencia en certificar la compatibilidad del presupuesto del proyecto presentado con parámetros de costes internacionales practicados en el país importador” (hallazgo 143), Es decir, se abrió las puertas al sobrecosto.

Para el investigador Caio Borges, de la organización brasileña Conectas, tampoco hay transparencia sobre los impactos ambientales que pueden generar las obras que gozan de los créditos del banco. “Hay un acceso limitado a una serie de documentos e informaciones acerca de los mecanismos utilizados por el banco en la evaluación de los posibles impactos socioambientales y de violaciones a los derechos humanos generados por los proyectos financiados”, apuntó.

En Perú, la base de datos del banco muestra el registro de 60 créditos entre enero de 2002 y julio de 2014, pero solo aparecen los montos vinculados a dos obras: la construcción de la central hidroeléctrica de Chaglla (Huánuco) por 340,4 millones de dólares en manos de Odebrecht, y otro que se usó en la planta de desalinización de agua para el proyecto Bayóvar (Piura) por 58,2 millones a cargo de la compañía brasileña Andrade Gutiérrez, también investigada en la operación Lava Jato.

Chaglla, que se convirtió en el tercer complejo hidroeléctrico más grande del país, entusiasmó tanto al presidente Pedro Pablo Kuczynski que cuando era candidato visitó a los ingenieros brasileños y grabó un video elogiando el proyecto.

El otorgamiento de los créditos del banco depende de decisiones del más alto nivel. El BNDES está gobernado por un consejo de administración formado por diversos ministerios. El 62.3% de los créditos se otorgan mediante un contrato entre el BNDES y el gobierno extranjero mientras que el 37,7% se firma con la compañía. En cualquier caso, antes de otorgar un préstamo, el BNDES se asegura de que a la empresa le haya adjudicado el proyecto en el exterior.

“CON DILMA FUI MUCHO MÁS EXPLÍCITO, LE DIJE: ‘SEÑORA PRESIDENTA, TIENEN DOS CUENTAS, UNA QUE GUIDO HABLÓ QUE ERA SUYA Y OTRA QUE ES DE LULA’”, CONTÓ EL EMPRESARIO JOESLEY BATISTA EL 3 DE MAYO DEL 2017.

En esa toma de decisiones, los pagos van y vienen según refieren los delatores.

Mientras que dentro de Brasil, según las confesiones recogidas por las autoridades, funcionarios públicos influenciaron en préstamos que beneficiaban a las compañías como veremos a continuación.

GUIDO, EL INTERMEDIARIO

JBS, la empresa de procesamiento de carnes del grupo empresarial brasileño J&F, fue una de las favoritas del BNDES. Joesley Batista, dueño del grupo junto a su hermano Wesley, ha contado a las autoridades cómo hacía para asegurarse préstamos en el banco.

De acuerdo con el testimonio que brindó a la Policía Federal de Brasilia el 21 de junio último, su relación con el banco empezó en 2006 cuando logró reunirse con el presidente de la institución, el economista Guido Mantega, y le pidió “acelerar” un préstamo que había solicitado por mesa de partes.

Batista había tomado la decisión de internacionalizar JBS, algo que coincidía con el objetivo declarado del BNDES de impulsar los negocios brasileños fuera de sus fronteras. Aquella vez necesitaba dinero para comprar la filial argentina de Swift, el gigante estadounidense del sector vacuno. “Si no fuese por la presión y acompañamiento de Guido Mantega, el préstamo no hubiera salido”, confesó el ejecutivo ante la policía Danielle de Meneses Oliveira Mady.

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Con nuevos créditos pudieron adquirir, en 2008, la compañía de carne porcina Smithfield y la productora de vacuno National Beef, ambas también estadounidenses. Luego vendría la compra de otro puñado de empresas. Según la policía brasileña, el banco le ha otorgado a JBS créditos de por lo menos 8 mil 100 millones de reales (unos 2 mil 600 millones de dólares).

A cambio, los Batista han hecho jugosas “donaciones” en cuentas bancarias abiertas para la ocasión, según las delaciones. Joesley Batista asegura que las entregas fueron realizadas por el propio Mantega, quien para suerte del grupo se convirtió en ministro de Hacienda en 2006, cargo en el que permaneció hasta 2015.

Batista relató el 3 de mayo de este año en Brasilia que los depósitos al PT como agradecimiento por los créditos del BNDES “tuvieron dos fases, la del presidente Lula y la de la presidenta Dilma. En la de Lula llegó a unos 70 millones de dólares, y 80 millones en la de Dilma”. Se cree que el dinero sirvió para el pago de coimas durante la campaña de 2014.

El empresario Batista afirmó que se llegó a reunir tanto con Lula como con Rousseff y que ambos estaban al tanto de los “donativos”. “Con Dilma fui mucho más explícito, le dije: ‘Señora presidenta, tienen dos cuentas, una que Guido habló que era suya y otra que es de Lula’”, narró.

LULA Y EL SOBRINO POBRE

La constructora Norberto Odebrecht S.A., una de las más asiduas solicitantes de créditos de BNDES, logró entre 2002 y 2015 préstamos por 10 mil 207 millones 967 dólares, el 69,9% del total registrado en ese periodo. Una parte de ese monto la obtuvo a través de la empresa Companhia de Obras e Infraestrutura, que está bajo su control.

Con ese dinero proyectaron obras en República Dominicana, Argentina, Venezuela, Cuba, Guatemala, Mozambique y Angola. En Angola proyectó obras de ingeniería con 3.144 millones de dólares concedidos por el banco, de acuerdo con la base de datos procesada por Convoca.pe. Las principales obras allí fueron la central hidroeléctrica de Laúca (que recibió un préstamo de 646 millones de dólares), la central hidroeléctrica de Cambambe (464 millones de dólares) y la construcción de 3 mil viviendas y el acondicionamiento urbano para otras 20 mil (281 millones de dólares).

Para asegurarse los créditos para Angola, Odebrecht debió echar mano de la misma estrategia que la empresa JBS: negociar al más alto nivel fuera del horario de oficina.

Central Hidroeléctrica de Laúca, en Angola. Tendrá una producción estimada de 8.643 gigavatios por hora. La construyó Odebrecht con un préstamo total del BNDES de 646 millones de dólares.Foto: Aproveitamento Hidréletrico de Laúca.

De acuerdo con la delación premiada del 12 de abril último de Emílio Odebrecht, padre de Marcelo Odebrecht, expresidente de la compañía, la empresa buscó en 2009 al presidente Lula da Silva para que interviniera a favor suyo al interior del BNDES.

“Marcelo me pidió que conversara con Lula [] Era importante que hubiera una ampliación de la línea de crédito que Brasil tenía con Angola [] Yo recuerdo que llegué a Lula y se lo pedí, porque estaba en tramitación, si él pudiera ayudar a que no hubiera dificultades en la extensión de esa línea de crédito. Era un pedido que yo le estaba haciendo”, confesó el patriarca de la empresa en la sede de la Policía Federal de Brasilia. Cuando el procurador que lo entrevistaba, para dejar clara la acusación, le preguntó “¿Lula tenía interferencia en el BNDES?”, Odebrecht respondió: “No tengo ninguna duda”.

La investigación realizada por los fiscales Luciana Oliveira, Iván Marx y Francisco Vollstedt, que sustentó la denuncia contra Lula por ventajas indebidas que se presentó el 7 de octubre de 2016, reveló los supuestos beneficios que obtuvo el expresidente a cambio de sacar cara por Odebrecht en el banco de fomento.

“MARCELO ME PIDIÓ QUE CONVERSARA CON LULA [] ERA IMPORTANTE QUE HUBIERA UNA AMPLIACIÓN DE LA LÍNEA DE CRÉDITO QUE BRASIL TENÍA CON ANGOLA”, CONFESÓ EMÍLIO ODEBRECHT EL 12 DE ABRIL DEL 2017.

El primero fueron los pagos por conferencias dictadas en el exterior, que sumaron alrededor de 4 millones de reales (1,2 millones de dólares). En Angola dio una charla en 2011, por la que recibió 100 mil dólares, y otra en 2014, por la que obtuvo 153 mil dólares.

Y el segundo beneficio fue posible a través de su sobrino, Taiguara Rodrigues Dos Santos, quien fundó una empresa que, sin ninguna experiencia en construcción, celebró 17 contratos con Odebrecht para operar juntos en Angola. Rodrigues se adjudicó un total de 20 millones de reales (unos 6,4 millones de dólares) que salieron de los préstamos del BNDES.

La empresa que habría operado como fachada, Exergia Brasil, fue constituida el 2 de mayo de 2009 sin ningún capital. Rodrigues sólo tenía estudios secundarios. Dos años atrás, contó a las autoridades, vivía en una casa “de una habitación y una sala”. Hacia 2011 se mudó a un dúplex de 255 metros cuadrados y empezó a conducir un Land Rover de 200 mil reales.

Los indicios de que Lula estaba al tanto de los sospechosos negocios de su sobrino con Odebrecht se hallan en los mensajes de Whatsapp que Rodrigues intercambió con algunos colaboradores. Por ejemplo, el 21 de enero de 2015, a las 11 y 50 de la mañana, le escribió a Antonio Carlos Daiha Blando, encargado de los negocios de la compañía en Angola: “Acabo de hablar con mi tío por teléfono, ya le adelanté el asunto, me recibirá a las cuatro. Sugiero que me envíen por e-mail los proyectos para poder discutirlos con él, por favor”.

Daiha le contestó: “¡Excelente, mi amigo! ¡Voy a enviar! ¡Gracias!”, y agregó: “Después voy a darle un consejo, ya que vas a estar con él, para acelerar la operación suya que hablamos”. El mensaje lo envió el sobrino a través de un móvil que hoy está en poder de las autoridades.

El expresidente Lula da Silva junto a su sobrino Taiguara Rodrigues, quien con sólo estudios secundarios se hizo socio de Odebrecht en Angola con contratos por 20 millones de reales.Foto: Revista Veja.

Según el Ministerio Público, el expresidente se acercó a Rodrigues a través de José Carlos Bumlai, amigo de Lula y hoy en prisión por el caso Lava Jato. En un correo electrónico que le dirigió el sobrino a un funcionario de la administración pública de Angola el 27 de julio de 2009, contó que Bumlai “me buscó a petición del Jefe Mayor”, es decir el Presidente, y advirtó que el enviado de su tío “es muy poderoso” y “traerá la financiación”, en otras palabras, el dinero del banco de fomento brasileño.

Central hidroeléctrica de Chaglla (Huánuco), el proyecto más caro financiado por el BNDES en el Perú. La construyó Odebrecht con 340,4 millones de dólares del banco brasileño.Foto: Odebrecht

“MANTEQUILLA”, LA SEÑAL DE LA COIMA

Venezuela fue el segundo destino favorito de las constructoras brasileñas para gastar el dinero del BNDES, después de Angola. Las empresas Odebrecht, Camargo Correa y Andrade Gutiérrez, entre otras, lograron créditos para infraestructura vial, siderúrgica y pesquera en ese país por un total de 3.231 millones de dólares.

Andrade Gutiérrez fue la que recibió más préstamos: 1.503 millones de dólares para la construcción del astillero Astialba (en el que se fabricarán barcos para transportar crudo de Petróleos de Venezuela), de la Fábrica Siderúrgica Nacional y de otras obras.

Flavio Machado, ejecutivo del grupo Andrade y colaborador premiado de la justicia, ha confesado que para asegurarse el crédito de la siderúrgica pagaron como “propina” el 1% del préstamo al PT (el crédito era de 865,4 millones de dólares).

Según la manifestación número 3989, calificada de secreta por la justicia brasileña y fechada el 28 de abril del 2016, Andrade Gutiérrez entregó el “donativo” a través del tesorero del partido de gobierno, Joao Vaccari. “Estos hechos también fueron corroborados por Rogério Nora, entonces presidente de la constructora Andrade”, indica el citado documento en la página 27.

 
Testimonio del ejecutivo de Andrade Gutiérrez, Flavio Machado, ante la Policía brasileña: “Vaccari cobró 1% de propina en relación a los valores financiados por el BNDES en aquella obra de Venezuela”.

Otávio Marques de Azevedo, expresidente del grupo Andrade, ha ido más allá en su delación y ha revelado que el expresidente Lula lo ayudó a conseguir el contrato de la Fábrica Siderúrgica Nacional. Le retribuyó la ayuda contratándolo como conferencista por lo que le pagó un total de 3 millones de reales (unos 959.000 dólares). Como se ve, no sólo Odebrecht apelaba a la capacidad oratoria del expresidente para retribuirle sus favores.

En otras ocasiones los pagos ilícitos se dirigieron a la Cámara de Comercio Exterior de Brasil (CAMEX), que tenía influencia directa sobre el BNDES al otorgar los imprescindibles seguros de créditos a las exportaciones. Fue lo que hizo la compañía de Marcelo Odebrecht cuando solicitó mil 500 millones de dólares para el proyecto de soterramiento de la línea de metro Sarmiento, en Buenos Aires, y un monto no determinado para otra obra en Mozambique.

En este caso, fue el presidente de la CAMEX, el entonces ministro de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, Fernando Pimentel, quien condicionó su apoyo a los créditos a la entrega de un cuota de 20 millones de reales (unos 6,4 millones de dólares). La constructora le regateó y logró cerrar el trato en 15 millones (unos 4,8 millones de dólares), a ser entregados por partes conforme avanzaba el proceso de aprobación del préstamo.

Otávio Marques de Azevedo, al fondo, y Marcelo Odebrecht, exmáximos directivos de Andrade Gutiérrez y Odebrecht, respectivamente, detenidos el 19 de junio del 2015.Foto: Antonio More/Agencia de Noticias Gazeta do Povo.

A inicios de 2013, cuando ya había entregado la primera cuota de la coima, recién la empresa presentó la solicitud ante el BNDES. Parte de su filosofía era caminar sobre seguro.

De acuerdo con la denuncia que presentó el viceprocurador general de la República José Borges de Andrada contra Pimentel por ventaja indebida el 7 de noviembre pasado, el intermediario de Marcelo Odebrecht en este caso fue Joao Nogueira, director de Crédito a la Exportación de la compañía, quien se tomó más de un café con Benedito Rodrigues, el enviado de Fernando Pimentel, para coordinar los detalles de la entrega de la coima.

El encargado de recibir los paquetes de billetes fue Pedro Augusto de Medeiros, un hombre de confianza de Rodrigues, quien se hospedó en hoteles de Sao Paulo a la espera de los emisarios de la compañía.

La primera entrega se efectuó el 19 de setiembre de 2012. La segunda entrega ocurrió en marzo del 2013. El escenario en esta última ocasión fue la habitación 1304 del hotel Quality Moema. En la tercera cita, realizada al mes siguiente, la contraseña establecida para que los enviados se identificaran fue “4 Blanco, 5 Pimienta”.

El Ministerio Público Federal, en base a delaciones e incautación de equipos electrónicos, ha establecido que cada entrega fue de por lo menos 500 mil reales (unos 160 mil dólares).

Metro de Sarmiento, en Buenos Aires, quedó sin ser soterrado a pesar de que el BNDES ya había aprobado un crédito para que Odebrecht hiciera la obra. Para conseguirlo habría pagado un soborno de 15 millones de reales.Foto: Fyseg.

Pocos meses después, el 16 de julio, la CAMEX presidida por Fernando Pimentel aprobó en su sesión número 96 otorgarle el seguro de crédito al préstamo solicitado por Odebrecht para Argentina. Al día siguiente, Nogueira y Rodrigues intercambiaron mensajes de texto celebrando la decisión. El emisario del ministro escribió: “Usted no pide, camarada. ¡Usted manda!” y se despidió con “abrazos y parabienes”.

El mismo día Marcelo Odebrecht y Pimentel se encontraron más tarde en Brasilia. Al final, a pesar de que la constructora se hizo con el dinero, no logró cerrar el contrato con el gobierno de Argentina y la obra no se llegó a ejecutar.

Quedaba, entonces, el crédito para Mozambique, al que se abocaron desde agosto de 2013. Se trataba de construir un corredor interurbano de transporte para la ciudad de Maputo. Como estaba decidido, la CAMEX le dio el visto bueno y el BNDES otorgó el préstamo. Se efectuaron las siguientes cinco entregas de dinero en hoteles de Sao Paulo: las contraseñas fueron “mantequilla”, “mango”, “lechuga”, “escalera” y, en febrero del 2014, “algodón”. Al final, la obra tampoco se llegó a ejecutar. Pimentel, sin embargo, no tuvo que devolver los 15 millones. Coima recibida no se devuelve.

LA AUDITORÍA DEL BNDES

El BNDES respondió vía correo electrónico a Convoca.pe, mediante su Oficina de Prensa en su sede central en Río de Janeiro, que “los hechos provenientes de investigaciones oficiales son objeto de evaluación integral por comisiones de recuento interno constituidas por el BNDES, que aún están en fase conclusiva”. Se trata del trabajo de la Comissão de Apuração Interna (CAI).

Recordaron que en octubre del año pasado anunciaron un nuevo procedimiento para el financiamiento de las exportaciones brasileñas de bienes y servicios de ingeniería y construcción. Tales procedimientos se sustentan, aseguran en el análisis de futuras operaciones y también de la reevaluación de 21 operaciones cuyos desembolsos aún están suspendidos desde mayo de 2016.

El banco aseguró que los nuevos criterios se establecieron tomando en cuenta las consultas realizadas a la Abogacía General de la Unión (AGU), órgano que depende de la Presidencia brasileña, y a los demás órganos del sistema de apoyo oficial a las exportaciones así como las recomendaciones formuladas por el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) en sus auditorías.

Sobre la concentración de los créditos en manos de Odebrecht, la principal compañía constructora investigada en Lava Jato, respondieron: “Cabe resaltar que el 90% de los servicios ejecutados por constructoras brasileñas en proyectos en el exterior no contó con el financiamiento del BNDES. La mayor participación de Odebrecht en los financiamientos del BNDES a la exportación de servicios de ingeniería refleja su condición de mayor jugador brasileño de este sector en el mercado internacional”.

Además, aseguraron que en el otorgamiento de créditos toman en cuenta los impactos ambientales según la legislación vigente en el país donde se ejecute el proyecto.