Energías renovables en Colombia: avances para la transición energética

La generación de energía es responsable de tres cuartos de las emisiones globales de GEI, siendo así el principal impulsor del cambio climático.

La generación de energía a partir de combustibles fósiles es la responsable de más del 70 % de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) a nivel global, siendo así el principal impulsor del cambio climático. Y si se considera que la demanda de electricidad es creciente habrá un inevitable aumento de las emisiones en el mundo (Caceres et al., 2021; Center for Climate and Energy Solutions, n.d.; IEA, 2021; Ritchie & Roser, 2021). Para abordar los desafíos del cambio climático y la seguridad de abastecimiento energético es importante disminuir la dependencia de combustibles fósiles y promover fuentes de energía bajas en carbono, por lo que es urgente realizar una transición energética con los recursos que posee cada región (Cortés & Londoño, 2017; Pelfini et al., 2012; Ritchie & Roser, 2021).

En América Latina y el Caribe, la producción de energía se ha basado en combustibles fósiles, el 41 % proviene de petróleo o productos derivados de este, el 29 % de gas natural, 4 % de carbón y coque, 1 % a energía nuclear, y un 25 % corresponde a energías renovables que incluye principalmente hidroeléctricas y producción de energía con biomasa (CEPAL, 2019). A pesar de contar con las condiciones geográficas y naturales ideales, América Latina ha tenido dificultades para ejecutar estas alternativas por los altos costos tecnológicos, sus niveles de crecimiento económico y problemas sociales internos (Giraldo et al., 2018; Gualteros & Hurtado, 2013).

En el caso de Colombia, la generación de energía ha dependido principalmente de las hidroeléctricas y los combustibles fósiles. El 99 % de la energía generada en el país proviene de hidroeléctricas y termoeléctricas, con el 68,3 % y el 30,7 % respectivamente, y solamente un 1 % corresponde a energía solar, eólica y bagazo (Ministerio de Minas y Energía, 2021a).

De acuerdo con las mediciones de GEI en el mundo, Colombia emite el 0,46 % del total de las emisiones globales y se calcula que el sector energético emite el 30,7 % de los gases totales del país, lo que supone que su impacto en el cambio climático no es tan alto. Sin embargo, el tema de la transición energética en el país no deja de ser importante por dos razones: i) al ser altamente dependiente de hidroeléctricas, la matriz energética colombiana es muy vulnerable a fenómenos de variabilidad climática. Se espera que en el país haya una “afectación del 50 % por la modificación en el funcionamiento del régimen hidrológico, con consecuencias sobre las actividades económicas, el abastecimiento de la población y los niveles de amenaza natural” (MADS, 2021a); y porque ii) existe la necesidad de establecer un sistema eléctrico más equitativo, eficiente y competitivo que permita alcanzar, entre otros, metas de carácter social como la cobertura de necesidades básicas insatisfechas asociadas a la prestación de los servicios públicos domiciliarios de energía eléctrica, especialmente en zonas rurales (Di Terlizzi et al., 2021).

Para abordar estos desafíos en el sector energético, Colombia se suma al compromiso climático que busca reducir al menos un 51 % de emisiones para 2030 en el marco del Acuerdo de París, y ha planteado la transición energética como un camino para lograr el objetivo de carbono neutralidad para 2050. Para esto, se busca generar por lo menos 4 Gigavatios (GW) de energía con fuentes no convencionales y se espera que para 2022 el 12 % de la participación en la matriz energética provenga de energías renovables no convencionales (GWEC, 2021).

El principal objetivo del sector energético en Colombia es lograr la competitividad de la matriz energética, brindar seguridad de abastecimiento energético y acceso a la energía. Con este fin, en los últimos años se ha ido estructurando un marco normativo para la transición energética; sin embargo, se ha evidenciado la necesidad de tomar más medidas para alcanzar el objetivo de 1,5°C establecido en el Acuerdo de París (Aguilar et al., 2020; Climate Action Tracker, 2021; Soler, 2021). En este sentido, son tareas urgentes agilizar las acciones, aumentar la inversión en nuevas tecnologías de bajo consumo de carbono y eficiencia energética, reducir el consumo de energías contaminantes, principalmente de quienes más consumen y que van mucho más allá de las necesidades energéticas básicas.

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Energías renovables en Colombia