Latinoamérica exige justicia climática

Action2015-2

 

  • Millones de personas en Latinoamérica sufren las consecuencias de un fenómeno que no causaron
  • Es urgente que la COP21 sobre Cambio Climático atienda tanto las causas como las consecuencias de ese fenómeno

 

Bogotá 29 de mayo de 2015. El cambio climático es un fenómeno global con consecuencias locales, y Latinoamérica es una de las regiones que más sufre sus efectos. Por eso este 29 de mayo miles de personas se movilizan  para exigir que los gobiernos del mundo garanticen la justicia climática para toda la humanidad.

Los patrones de producción y consumo están ocasionando un calentamiento global acelerado y profundo, sin precedentes en la historia del planeta. El uso de combustibles fósiles para el transporte, la industria y la generación eléctrica; la aplicación de agroquímicos en la agricultura y el mal manejo de residuos se juntan con la deforestación y urbanización aceleradas, en un proceso que altera los equilibrios naturales y provoca modificaciones en el clima

Para fines de este siglo, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) habrán causado un aumento en la temperatura mundial de entre 1 y 5 grados centígrados, lo que provocará que las sequías, tormentas, inundaciones, cambios abruptos en la temperatura y en los patrones de lluvias sean mas frecuentes.

El cambio climático reproduce y profundiza las desigualdades que ya existen en nuestro planeta. Por ejemplo, Centroamérica es responsable apenas del 0.5% de las emisiones globales de GEI, pero es la zona más vulnerable al cambio climático entre las regiones tropicales del mundo, y su fragilidad se incrementa por la exclusión social y económica que afronta gran parte de su población.

La agricultura es un sector estratégico en la región latinoamericana, que está siendo seriamente afectado por los cambios de temperaturas y precipitaciones: nuevas plagas y enfermedades que afectan cultivos y animales de crianza, cambios estacionales que modifican los momentos de siembra y producen pérdida de cosechas o bajas en la productividad, falta de agua para riego o más bien inundaciones que anegan los campos… todos estos cambios amenazan la soberanía y seguridad alimentaria de las comunidades latinoamericanas.

También sufren serios efectos las poblaciones costeras, y las iniciativas económicas que dependen del turismo. Incluso derechos humanos esenciales, como el acceso al agua potable y a la salud, se ven amenazados por cambios en el ambiente que la misma humanidad está provocando. El llamado por la justicia climática es un grito urgente por establecer relaciones más sustentables hacia la naturaleza y también hacia las personas que dependemos de ella.

De acuerdo con el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU, este fenómeno puede dañar entre el 5% y el 20% de la economía del planeta, y podría evitarse invirtiendo el 1% del producto interno bruto mundial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que lo producen.

Es urgente asegurar medidas de mitigación que reduzcan el fenómeno, especialmente en los países más industrializados. También, es urgente garantizar la adaptación a los efectos del cambio climático, especialmente para las poblaciones de los países más vulnerables a ellos.