Por: Redacción Ambiente y Sociedad
Entrevista con el líder indígena del pueblo Siriano y experto en cambio Climático de la Organización de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana (OPIAC).
En entrevista de Ambiente y Sociedad, y Mateo Estrada, líder indígena del pueblo Siriano y experto en Cambio Climático de la Organización de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana (OPIAC), explica cuál es el rol de la Amazonía para cumplir con los compromisos climáticos. También señala que el gobierno los ha incluido poco para determinar estas metas.
-¿Qué conoce de los Acuerdos de París, los compromisos firmados por Colombia y su importancia para la reducción del cambio climático en el planeta?
-Nosotros, desde la Organización Nacional de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana (OPIAC) y la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), hemos participado en diferentes espacios internacionales que tienen que ver con la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Entre ellas: el Acuerdo de París y en el diseño y planteamiento de las metas nacionalmente determinadas. Sin embargo, estos temas en Colombia no han sido socializados con la población general, con comunidades locales ni las autoridades indígenas locales. “Yo creo que falta mucho por hacer, pero sí hemos estado participando en alguna parte de ello”, menciona el líder.
-¿Dentro de la agenda del gobierno indígena del Amazonas se han planteado temas para reducir el cambio climático?
-Nosotros como iniciativa interna sí hemos trabajo, no directamente con la perspectiva que tiene el gobierno y la comunidad internacional, sino más a nuestra manera. Por ejemplo, cuando estuvimos construyendo el Pilar indígena de Visión Amazonía tuvimos que basarnos mucho en los acuerdos internacionales, pero también digamos en la iniciativa indígena propia, en espacios como Planes de Vida Indígena, Ordenamiento Territorial propio o Plan de Manejo Ambiental propio, hemos hecho también proyectos de conservación, pero no como requerimiento del gobierno.
-¿Con quién del gobierno han estado en contacto para trabajar y articular todo el tema del Acuerdo de París?
-Nosotros tenemos un diálogo muy directo con Ministerio de Ambiente con la subdirección de educación y participación. También con la subdirección de cambio climático y muy oficialmente con Visión Amazonía.
-¿Podría dar un ejemplo de algunos de esos proyectos propios en pro del cambio climático?
-Por ejemplo, nosotros hemos trabajado todo el tema del mercado de carbono en la Amazonía colombiana, en el marco de adaptación y mitigación del cambio climático. Pero también hemos trabajado en el caso del Caquetá con un incentivo sobre adaptación al cambio climático a partir de las chagras (cultivos) y las conservaciones de las semillas tradicionales. También en Guainía hemos trabajado con semillas y chagras a partir de conocimientos tradicionales. El gran reto de la parte amazónica no son las políticas públicas, sino el cambio climático, porque a la hora de cambiar nuestra alimentación cambia totalmente nuestra forma de vida, entonces hemos hecho diferentes proyectos del tema.
-¿Hicieron parte del proceso de actualización de las NDC en Colombia? ¿Cuáles son sus recomendaciones?
-No, con este gobierno no ha sido fácil trabajar con la ejecución y organización de diferentes programas que lleven al cumplimento de esos acuerdos. Ha sido muy difícil porque no se ha podido avanzar en los acuerdos del Plan Nacional de Desarrollo que tiene que ver con todos los temas. Nosotros solicitamos al Ministerio de Ambiente que nos tuviera en cuenta en el nuevo diseño, pero han hecho caso omiso. Hemos propuesto que se debe trabajar en el marco post 2020 Convenio sobre la Diversidad Biológica. Nosotros esperamos que en el 2021 y 2022 se pueda avanzar más y se haga una agenda de incidencia a nivel internacional porque los acuerdos hay que cumplirlos.
-¿Cuáles de sus prácticas tradicionales como pueblos indígenas aportan a las NDC?
-Yo siempre digo que nosotros los amazónicos tenemos una particularidad: el nombre de cada uno de nosotros responde al nombre de un árbol o responde al nombre de un lugar. Entonces desde el comienzo existe una relación directa entre pueblos indígenas, territorio y naturaleza. Nuestra forma de conservar los bosques y territorios tiene que ver con nuestra cultura, nuestra forma de vida. No tiene nada que ver con el pensamiento sino es costumbre. Nosotros para conservar los bosques necesitamos que el gobierno observe cuatro cosas básicas: primero que reconozcan que en los territorios indígenas, entre ellos la figura de resguardo, son esenciales para conservar todo el entorno, no solo el área protegida; segundo, que hay unos planes de desarrollo netamente culturales planeados para la selva que son los planes indígenas de la Amazonía que ya están diseñados para conservar los bosques; tercero que las autoridades indígenas son autoridades en su territorio; finalmente, se debe reconocer que nosotros somos actores esenciales y por eso tenemos espacios propios con mesas departamentales y demás espacios idóneos para dialogar de igual entre el gobierno y las comunidades indígenas. Si se reconoce eso podrán estructurar programas a largo plazo de gran impacto para los acuerdos internacionales y los resultados se van a dar.
-¿Durante estos cinco años, desde que se firmó el Acuerdo, han visto cambios en la reducción de la deforestación o la contaminación en la selva?
-Nosotros desde la Amazonia vemos que el gobierno no ha podido detener la deforestación. Una de las personas que se encarga de hacer desorden en la Amazonía son las mismas operaciones internacionales a través de ONG. Realizan programas inconclusos, no adecuados, y programas netamente de estudio. En la Amazonia no necesitamos más estudios, lo que necesitamos son proyectos efectivos que den con los problemas que ya hemos identificado. Lo otro es que este Gobierno no ha sido de conservación, sino que ha pretendido explotar todo basado en el desarrollo de la economía y no quiere atender los mínimos derechos humanos.
-¿Cuál fue la respuesta del Gobierno Nacional y las autoridades ambientales del país frente a la crisis de incendios forestales que vivió la Amazonía el año pasado y que dejó más de 72 millones de hectáreas perdidas?
–El gobierno en Colombia no tiene un programa de prevención, contención o atención en materia de desastres naturales, entre ellos los incendios provocados o no. Estos lugares deforestados actualmente están siendo usados para la ganadería, están siendo apropiados por otros actores externos como en el Guaviare y Caquetá, parte del Vichada y el sur del Meta. El gobierno tiene que desarrollar una política muy imparcial para estos territorios. Ahora en diciembre y enero pueden empezar de nuevo las olas de incendios que seguirán deforestando y aún no hay políticas de prevención.
-Uno de los acuerdos de Colombia se relacionaba directamente con: programas de conservación de ecosistemas, protección de páramos, creación de nuevas áreas protegidas y restauración de áreas degradadas. Como organizaciones indígenas que habitan estos territorios, ¿han visto algún cambio o “aumento de protección” de áreas protegidas en los últimos cinco años? ¿Destacaría alguno de estos procesos?
-La consulta previa no se mira como algo con valor agregado, algo con el fin de que no haya daño colateral frente a la biodiversidad y recursos naturales. Si se atendiera eso yo creo que no habría que exigir tanto a la conservación sino al cumplimiento de los estándares mínimos internacionales y nacionales. Entonces sí creemos que los proyectos agroindustriales y de infraestructura deben estar conectados dentro del marco de la transparencia y la igualdad de condiciones. Con este gobierno no han servido las consultas previas porque existen señalamientos a las comunidades indígenas cuando piden estos requisitos y así no se puede dialogar.
-Usted decía que la soberanía alimentaria es uno de los aspectos más importantes de su cultura, ¿cómo se está viendo afectada por el cambio climático?
-Nosotros, el pueblo amazónico, la esencia de nuestra alimentación son los cultivos de la chagra. Hay dos tipos de chagra: una que es como la caja menor que se llama chagra de rastrojo y la otra chagra que es más o menos de una hectárea que llamamos monte bravo. Estos cultivos se han visto afectados con el comienzo del verano porque se dañan productos esenciales como la yuca. El invierno también nos afecta. Otro tema fue la pandemia, porque nosotros hacemos intercambio de semillas, pero con todo lo del COVID-19 nos quedamos encerrados en un mismo sitio y la alimentación se acabó en 7 u 8 meses.
-Otro de los temas importantes en estos acuerdos internacionales es la protección a los líderes ambientales, ¿ha visto avances en este tema?
-Yo trabajé mucho tiempo en materia de derechos humanos y tuve que dejar de hacerlo porque me secuestraron. Entonces desde hace 15 años trabajo solo en temas de materia ambiental, pero me di cuenta que volví al mismo peligro. El presente gobierno no tiene la voluntad de proteger a los líderes que trabajan defendiendo los derechos medioambientales. Una de las cosas que lo demuestra es que no se ha ratificado el Acuerdo de Escazú porque es el primer elemento idóneo para la protección de los líderes ambientales y ampara la transparencia en estos procesos. El gobierno no ha adoptado y ha demostrado que no tiene esa voluntad.
-¿Cree que el gobierno los ha incluido en toma de decisiones, proyecto o ha explicado abiertamente cómo se pueden articular para cumplir los compromisos firmados en el Acuerdo de París?
-Nosotros hemos trabajado el tema ambiental más bien desde lo interno, desde las comunidades. También hemos planteado al gobierno que debemos unificar propuestas hacia los eventos internacionales que vienen, como por ejemplo la COP 2021, que va a ser en Escocia. Debemos llevar planteamientos claros hacia los pueblos indígenas entre gobiernos, ONG y comunidades indígenas. Esperamos que el gobierno tenga esa voluntad, hay nuevo ministro de ambiente entonces esperamos poder avanzar.