Crece la urgencia de proteger la biodiversidad del piedemonte amazónico colombiano

AAS opinaCrece la urgencia de proteger la biodiversidad del piedemonte amazónico colombiano
  • Los instrumentos de ordenación ambiental y los Planes de Ordenamiento territorial son las herramientas que ayudan a cuidar los ecosistemas, pero no se están empleando de forma eficiente 
  • A la fecha solo están actualizados 14 de los 29 Planes de Ordenamiento municipales de los departamentos de Caquetá y Putumayo. Y existe una débil inclusión del componente ambiental en el proceso de planeación de los territorios

Por Karen Pinto Garzón

La biodiversidad del piedemonte amazónico colombiano está en peligro. Pese a ser una región de extrema importancia en el planeta, porque es la franja que conecta los Andes con la Amazonía, carece de una efectiva implementación de los instrumentos de ordenación ambiental y los Planes de Ordenamiento Territorial, que son los instrumentos que ayudan a cuidar los ecosistemas

Así, tomando en cuenta el desarrollo que presenta en los departamentos de Caquetá y Putumayo, que conforman el piedemonte amazónico, es crucial proteger su biodiversidad. Y la urgencia crece por las necesidades ambientales del país y el mundo: existe un 50% de probabilidades de que el calentamiento global alcance su peor cifra en alguno de los próximos cinco años, rebasando los 1,5º Celsius, según el Observatorio Meteorológico Mundial (OMM).

Pero, ¿cuáles son los planes que ayudan a proteger el medioambiente en Colombia y por qué son tan importantes?

Por un lado, están los instrumentos de ordenación ambiental que son emitidos por varias autoridades ambientales con el objetivo de conservar y actuar de forma sostenible sobre los ecosistemas, prestando especial importancia en aquellas zonas vulnerables. 

En el piedemonte amazónico existen cuatro unidades de ordenación forestal que abarcan un área total de 1.635.247 hectáreas de bosques naturales, distribuidas en las áreas denominadas San Juan (15.176 ha), Mecaya-Sencella (676.473 ha) y Orito (103.412 ha), en Putumayo; y Yarí-Caguán (840.213 ha), en Caquetá. Sin embargo, de estas cuatro áreas, solo se ha adoptado el Plan de Ordenación Forestal para Yarí-Caguán.

Estos instrumentos no solo ayudan a proteger los bosques, sino a todo la naturaleza, esto incluye el agua, las selvas y el suelo. Según Corpoamazonia, en las zonas hidrográficas Caquetá, Putumayo y Amazonas, se encuentran 38 subzonas hidrográficas, compuestas por 4.676 cuerpos de agua o extensiones de agua, de las cuales, 94 unidades hidrográficas requieren de urgente ordenación en Caquetá y Putumayo. Es decir que, debido a múltiples afectaciones, necesitan medidas de protección de forma urgente. En concreto, los ríos Mocoa, Orito y Fragua Chorroso son los de mayor importancia.

Hasta el año 2020 solo se habían implementado los Planes de Ordenación y Manejo de Cuencas Hidrográficas (POMCA) de dos ríos y una quebrada: el Río Hacha, el Río Orito y la quebrada Yahuarcaca.

Los POT

Por otro lado, los Planes de Ordenamiento Territorial (POT) son el instrumento básico para dar cumplimiento a la Ley 388 de 1997, que define la planificación y el ordenamiento de los territorios de los municipios y distritos del país. Estos instrumentos orientan y administran el desarrollo de los territorios, y ayudan a que dichas políticas de desarrollo, como la de infraestructura, se ajusten a las necesidades de cada territorio. Y estas necesidades incluyen de forma obligatoria la protección del medioambiente.

En ese sentido, los POT están estrechamente relacionados con los planes de ordenación ambiental, porque incluyen una dimensión para la conservación y protección de los ecosistemas y los recursos naturales. 

Sin embargo, de acuerdo con el Ministerio de Ambiente, existe una débil inclusión del componente ambiental en el proceso de planeación de los territorios, ya que hay  áreas protegidas muy dañadas por la industria y desarrollos urbanísticos, evidenciándose  la contaminación de ríos, tala de bosques y la ocupación de reservas forestales, cuyas consecuencias afectan también a los habitantes de esas zonas, por causa de actividades industriales o tratamiento de aguas industriales, entre otras. 

El problema es que, aunque estas medidas existen en el piedemonte amazónico, a la fecha solo están actualizados 14 de los 29 Planes de Ordenamiento municipales de los departamentos de Caquetá y Putumayo, como se afirma en el estudio desarrollado por Karla Díaz, investigadora de la Asociación Ambiente y Sociedad (AAS).

“Pese a los esfuerzos, no se ha logrado un avance significativo en la contención de las dinámicas de deforestación y, por el contrario, se evidencia un ensanchamiento de la frontera agropecuaria”, asegura Díaz, mencionando además que existe la “necesidad de hacer un análisis de abajo hacia arriba sobre las dinámicas de planeación de los territorios, sus retos, debilidades y oportunidades para la consolidación de prácticas y modelos de ordenamiento y planeación del desarrollo acordes con los objetivos de sostenibilidad y la consolidación de la paz”.

Debido a todos los vacíos de dichos planes y a la escasa implementación de los instrumentos de ordenación ambiental, “se puede decir que el piedemonte amazónico no cuenta con instrumentos de planeación que sean garantía de protección y conservación de los ecosistemas, situación que los pone en riesgo”. 

Para más información puede consultar la investigación ¿Cómo están los instrumentos de planeación en el piedemonte amazónico?