Colombia posee aproximadamente 5.4 millones de hectáreas de bosque y selva en consejos comunitarios de comunidades negras y casi 26 millones en resguardos de comunidades indígenas, ¿por qué no contar con las comunidades en los procesos de monitoreo de las selvas y bosques del país?
Esta es la conclusión del informe “Propuesta de Lineamientos de Monitoreo Forestal Comunitario Participativo MFCP”, un análisis que adelantó la Asociación Ambiente y Sociedad sobre la importancia de la participación de las comunidades étnicas colombianas, desde lo social y cultural, en el diseño de políticas forestales.
Sin cultura no hay territorio, ¿qué es una comunidad sin territorio? Colombia, es el segundo país más biodiverso del planeta y en la mayoría del territorio de selva y bosque habitan más de 87 pueblos indígenas y un pueblo Negro con más de 137 territorios reconocido. Colombia, está perdiendo sus bosques, ¿por qué no trabajar con las comunidades, desde su saber ancestral para monitorear el territorio?
Escuchar su experiencia y tener en cuenta su conocimiento ancestral es la iniciativa que adelanta Rights and Resources Initiative (RRI), en su trabajo colaborativo en Colombia, y que reunió a la Asociación Ambiente y Sociedad (AAS), Proceso de Comunidades Negras (PCN), Confederación Indígena Tayrona (CIT), entre otros, para formular trabajos en alianzas por la preocupación común del papel de las comunidades en el monitoreo de las selvas y bosques y la ausencia de lineamientos sociales y comunitarios.
Esta visión particular se refleja en una propuesta de lineamientos de monitoreo forestal comunitario participativo, que fue presentada como una versión preliminar y en construcción por la coalición al Ministerio de Ambiente, IDEAM, ONG y a otros actores que guardan relación con los bosques, las selvas y las comunidades.
En 2015, Colombia contaba con más del 52% de su territorio cubierto por bosques (Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, 2016). Ahora bien, el 48.65% de esos bosques y selvas se encuentran en territorios ancestrales, titulados, a comunidades étnicas (Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, 2017). Esto corresponde aproximadamente a 5.4 millones de hectáreas de selvas y bosques en consejos comunitarios de comunidades negras y casi 26 millones de hectáreas bajo figura de resguardo de comunidades indígenas (Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, 2016).
Con el fin de dar un seguimiento al estado del recurso forestal, desde 2010 Colombia cuenta con el Sistema de Monitoreo de Bosques y Carbono (SMByC), que está centrado en la detección del cambio en la cobertura forestal (deforestación y recientemente degradación), la caracterización de causas y agentes de la deforestación y degradación, y el seguimiento a las reservas de carbono existentes y su evolución en el tiempo, pero no incluye el monitoreo de variables como biodiversidad, ni las dimensiones sociales o culturales, etc. Tampoco cuenta con un componente de Monitoreo Forestal Comunitario consolidado, aunque se viene trabajando en ello desde 2016. Mientras que la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo insta a los países a elaborar orientaciones para promover e involucrar la participación efectiva de los pueblos indígenas y las comunidades locales en el monitoreo de los bosques.
Así se llevó a cabo un trabajo conjunto entre las tres organizaciones, que busca ser un insumo en este esfuerzo de consolidar el Monitoreo Forestal Comunitario como una herramienta válida, que incluya a las comunidades desde su diseño hasta sus resultados, con una mirada propia, desde lo cultural y social que liga a estas comunidades con sus territorios.
¿Tenemos que destruir el territorio para que nos atiendan?
Llegar a Ikarwa toma menos de dos horas desde Valledupar, pero como lo dijo el Mamu Jesús Arroyo, podría hablarnos por horas sobre la relación de los Arhuacos con la tierra y no lo entenderíamos. El Mamu Jesús lo resume, “hay que cumplir la ley de origen, la ley natural”, y se hace evidente cuando enseña la recuperación que ha tenido la zona desde que la retomó la comunidad. “Durante muchos años la ganadería la devastó, ahora, vuelven los riachuelos, los árboles, los pájaros”, añade el Mamu.
En la costa pacífica, se encuentra la vereda El Aguila. La recepción cálida y sincera del Pueblo Negro solo se compara con la intensidad de los verdes de la selva, y ellos saben que ya no es comparable a lo que fue. “Los conocimientos ancestrales y los recursos naturales son patrimonio colectivo”, es la consigna de muchas de las comunidades negras del pacífico colombiano, habitantes de una de las zonas más biodiversas del país y del mundo, quienes ven en su territorio un lugar donde la vida se desarrolla en paz y en conjunción con la naturaleza, en especial con los bosques y los manglares.
Avencio, habitante de Consejo Cominitario Yurumanguí dijo: “si bien es cierto que atienden y premian al que destruye para que deje de hacerlo, significa que los que hemos cuidado ahora tenemos que destruir el territorio para que nos atiendan? No porque es un deber nuestro usar cuidando el territorio para que cuando nos vamos quede bueno y lo puedan aprovechar las generaciones futuras; pueden pasar mil años antes que Cristo venga, nosotros nos morimos, pero vienen otros; por lo tanto, es nuestra responsabilidad conservar en buen estado el territorio porque es nuestra casa, el presidente no vive acá, aquí vivimos nosotros si están pensando que para que nos llegue plata tenemos que destruir NO estoy de acuerdo con eso.”
“El tema no solo está siendo abordado por este proyecto”, asegura Angélica Beltrán de La Asociación Ambiente y Sociedad, y autora de parte del informe. Dice Beltrán, “el Gobierno nacional, dentro de su estrategia para reducir deforestación crea la mesa interinstitucional de monitoreo comunitario, espacio que busca la construcción conjunta de los lineamientos nacionales para el monitoreo comunitario. Y es ahí en donde también esta herramienta, la voz de algunas comunidades, se llevó”.
Incluso en los boletines de Alertas Tempranas de Deforestación del IDEAM, y aún en el seminario nacional anual de monitoreo de cobertura forestal, el tema de monitoreo comunitario ocupa un lugar y esta propuesta es citada como ejemplo de avance comunitario.
Ahora, el reto es seguir desarrollando este tipo de propuestas basándose en el saber ancestral de las comunidades sobre su territorio. Pero, como el mismo territorio, estas propuestas están en cambio y evolución constante.
NOTA:
Nota: El informe preliminar “Propuesta de Lineamientos de Monitoreo Forestal: Propuesta de Lineamientos de Comunitario Participativo MFCP” fue parte de un proyecto auspiciado por Rights and Resources Institute- RRI. Los puntos de vista aquí presentados no son necesariamente compartidos por esta agencia o por los socios de la coalición RRI. Asociación Ambiente y Sociedad es parte de la Coalición RRI en Colombia.