¡No, por supuesto no se trata de preparar otra taza! Sin embargo antes arrojarlo a la basura existen muchas alternativas prácticas para volver a utilizar el café.
Reciclar el café es un pequeño gesto a favor del medio ambiente que no salvará el planeta, pero que igual que otras tantas actitudes responsables pueden ayudar en la medida que se multipliquen y generalicen.
2. Los granos de café también son un efectivo repelente contra insectos y algunas plagas como hormigas y caracoles, e incluso aleja a otros animales especialmente a los gatos a quienes desagrada el olor del café. En esta línea para algunos también repele las pulgas añadiendo un poco de café al baño de los perros.
3. Igualmente pueden utilizarse de puertas adentro. El café vez seco se utiliza como desodorante de armario y de frigorífico para absorber olores. Una vez seco ya no tiene olor y hasta existen unos secadores específicos de los posos.
4. Además como abrasivo contra la grasa y limpiador de desagues, aunque la utilización en las cañerías no debe hacerse muy a menudo. Otros usos menos comunes son como relleno de arañazos en muebles de madera oscura (ya que el café mancha), relleno y deflector de polvo.
6. Si ha quedado algún resto de café en la cafetera también puede aprovecharse en la cocina. Para ablandar la carne y añadir un sabor interesante a las comidas, al igual que sea hace con el té. Para preparar biscochos, galletas, brownies, etc.
7. Sobras de café finalmente pueden utilizarse para hacer manualidades, como tinte para teñir ropa o papel, para pintar directamente o como base de tatuajes temporales caseros con henna.
Las cafeterías que quieran reducir su contribución a los vertederos, y demostrar a los clientes un compromiso en materia medioambiental, pueden encontrar en el reciclaje del café un buen lugar para empezar.
Y ahora la próxima vez que prepare un café ya sabe que tirar los restos no es la única posibilidad, puede darle una segunda vida al café.